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imagen de google como casi siempre |
Si me dan a elegir elijo no elegir, es la libertad, cosa que
algunos desgraciados (Casi todo el mundo y algunos en el universo) ni tienen
opción, ni quieren. La ilusión del mundo de la vida se supera con la misión de
la consciencia, la mía ha sido simplemente existir, y en eso no tengo otra
opción así no la quiera. No quiero vivir en este mundo mediocre y consumista,
no creo ni en mí mismo cuando el ego y el instinto me impulsan, no pretendo la
gloria ni la fama donde el éxito requiere pasar por encima de los valores, y
soy tan honesto que peco de ingenuo y mortal. He percibido la vida como algo
más allá del juego de la economía, que es en realidad la esencia de la política
y la religión justificando todo el mal por un supuesto bien, y lo bueno sería
que esa gente no sólo dejara de existir, sino que nunca más existiera. No hay
que negar el éxito de tal empresa, ha sido por mucho tiempo, la costumbre no
habrá de cambiar, lo que sí, es la consciencia de quien siendo esclavo se sirva
a sí mismo como sirve a su amo, pues los capitalistas son los absolutos dueños
de casi todo en la vida, menos de mi pensamiento y mi actuar. Pueda que me
mescle en la chusma, que haga parte de un montón, soy un espía de lo imposible,
un espíritu atrapado en un cuerpo, mente perdida en un laberinto, estoy solo a
pesar de estar rodeado de esquiroles, depredadores geo monetario. Soy un
guerrero del espíritu, un alma libre a la condición del mundo que explora, una
idea propia que está en conflicto con lo definido e impuesto por la ambición
humana, de allí la alucinación de negocio que es la sociedad, un club al que no
pertenecemos más que como peones y carne de cañón, por ello el pueblo es
cómplice de un sistema corrupto y sobre todo nocivo para la esencia humana. Soy
radical porque mi raíz no es mi sangre o mi linaje, tampoco la patria ni el
dios que profeso, mi origen es esa espiritualidad que tanto me asombra, y no me
refiero al dogma o la forma, sino a esa particular experiencia de la vida
manifestada en el arte y la vida misma, esa contradicción y paradoja que tanto
explica el taoísmo como filosofía más que como ley. Escogí la vida de un
artista, no una profesión ni un lucro, hablo de la idea que se plasma en una
obra a pesar de las contrariedades y adversidades, preferí la imaginación a la
lógica y abandoné toda esperanza humana que no sea la trascendencia y la
profundidad. Descubrí a mi demonio de la perversidad, lo acepté y tratamos de
servir el uno al otro en lugar de servir al conflicto, amé esa oscuridad desde
que se iluminó con la luz. A diferencia de los dueños del mundo, nosotros
esperamos paciente mente que la energía se imponga sobre la materia, no al revés
como lo político y religioso que en sus diferencias son brazos de mismo pulpo.
Sacrifico mi intimidad por el mayor puesto público, es el deber de quien
ostenta el poder, que como el maestro enseñó: aquel que se haga rey, que
renuncie. Yo dimití de la sociedad, me quedé sin amigos que no tenga un
espíritu a fin de la esencia de mi ser o de la brutalidad de mi crítica, mucho
menos una familia que a pesar de que me mantenga, no comprenden que la fuerza original
de una célula se manifiesta en los órganos y el cuerpo entero. Las
corporaciones lo saben, hacen lo quieran del mundo impunemente, y para el colmo
de los males, no importan cuantos afectados existan si hace “bien”, he allí el
éxito de la más grande empresa criminal del mundo: la democracia. Lejos de los
tres estratos sociales, la vida se ha manifestado en la diferencia cultural, y
he allí la diferencia en el nivel de consciencia cuando los estilos de vida
concuerdan con la vida misma. No respeto a quien se inviste de autoridad por la
fuerza más que por la vocación o la habilidad, tampoco a quien por tener dinero
pasa por encima de la dignidad y el honor ajeno. Tanto tiempo de rechazo no me
ha hecho marginal, simplemente es el ánimo de lucha, y no porque no quiera la
soledad, es porque amo tanto la vida que ofende ver lo que hacen con ella, y la
muestra son ellos mismos, los esclavos sufridos que hacen su mejor gesto a
quien deber reclamarle, es justo, no me interesa ese karma, sólo el darma tras
el propio.