¡Aquel es Marte y ese es Venus! Los planetas se reconocen porque no titilan como las estrellas. Dijo ella señalando cada uno de los astros, apuntando a otros y nombrándolos ¡Ese de allá es Sirio y esas de allá son las Pléyades! ¡Entre ellas está orión! Se reconoce por el cinturón y las cardinales Rigel, Betelgeuse, Bellatrix, Saiph, M41, M42 y si tuviéramos un potente telescopio y filtros, ten la certeza de que verías las nébulas de cabeza caballo y la nebulosa de Orión o la M43 donde se dice que es una productora de vida y una fuente de poderosa energía. Hizo una pausa, sin dejar de ver al infinito. Pronto amanecería y la luz de esas distantes estrellas quedaría eclipsado por el brillo de nuestro propio sol, que es de los más pequeños en tamaño y edad. Ese silencio que incomoda a los demás, es un momento de intimidad compartida, mejor que el sexo teniendo en cuenta que tener una conexión cósmica es mucho más intensa que un orgasmo. ¿Qué piensas? Me cuestionó como si pudiera leer mis pensamientos y quisiera atraparme en mis propias ilusiones. ¡Nada! Creo que sabes mucho de astronomía. Fue lo que se me ocurrió al instante. Ella no dijo nada, imperturbable y absorta en el espectáculo celeste, sin imaginarme lo que estaría pasando por su mente, ya que la mía era un intrincado laberinto de pensamientos. Pensar que estamos solos en el universo es algo muy egocéntrico y egoísta. Imagínate los planetas en esas estrellas. Sistemas binarios y triples una orbitando a la otra, soles tan cercanos que son mercados interestelares, agujeros negros que son un recurso para combustible e incluso portales temporales. Miles de especies intercambiando los más exquisitos manjares o extraños objetos, conviviendo a pesar de que son enemigos por el bien común simplemente, una zona de tolerancia sideral donde existe un pacto de paz. Hace muchos eones sucedió una guerra por todo el joven universo, se extinguieron muchas civilizaciones y los mundos que habitaban, pacíficos e indefensos seres que convivían en paz y que se sacrificaron por convicción. Volvió a inmutarse. Recorría la bóveda celestial con sus hermosos ojos anaranjados, como una elfa mitológica, moviendo su cabeza levemente. Yo sólo la veía pensando en lo que había dicho, ya no la percibía como mi compañera del colegio. Contemplaba a un ser fuera de esta galaxia, forjada en la luz y el amor de un primigenio caos. No quise perturbar su meditación, la mía era enfocarme en sus ideas y las evidencias del momento y del lugar, que por cierto, era distante y tranquilo que no en vano lo llaman la zona del silencio. Un bólido de color verde atravesó nuestra visión como si anunciara algún fenómeno extraordinario. Nadie dijo nada. De repente una luz se desvió de su ruta y se posó cerca de nosotros, como si estuviera sondeando cada partícula de los cuerpos y la energía que expelen. Luego de estar estática al norte, se desplazó vertiginosamente al sur y se quedó inmóvil a una altura promedio, o al menos eso parecía ya que luego de un rato, esa luz quedó sobre nosotros. ¡Siento que son hermanos mayores. No regresivos ni arcontes! Dijo ella con una seguridad que me asustaba, me inquietaba su serenidad, nunca había pasado algo así en mi vida. La luz empezó a hacerse más grande, como si estuviera descendiendo. Mi compañera se animó a levantar sus manos, saludando con sus palmas abiertas y una expresión de éxtasis en su hermoso rostro. Al volver a ver la luz, me di cuenta que era multicolor, no emitía ningún sonido ni pareciera estar girando, con un tamaño considerable. Quedé cegado por el resplandor, tirado en el suelo por el impacto de una fluorescencia, desorientado y aturdido, no sé cuánto tiempo pasó ni lo que pasó con mi amiga, ella había desaparecido, ascendido en un fulgor y quien sabe con rumbo a dónde, pero en mi mente escuchaba “Regreso a casa, perdóname, celébralo”
Es haber sobrepasado el dolor y sufrimiento con la alegría de abandonar los muros de piel e indagar el universo. Ya no hay tiempo, y si lo hay no marca límite, será solo una sensación que se convierte en un portal de tele-transportación. Ya me hice un juicio y vivo reflexionando en la profundidad de mi ser, conozco mi pasado, se lo que hago intuyo que haré.
lunes, 30 de noviembre de 2020
EL TORBELLINO Y LA CARROZA DE FUEGO
¡Aquel es Marte y ese es Venus! Los planetas se reconocen porque no titilan como las estrellas. Dijo ella señalando cada uno de los astros, apuntando a otros y nombrándolos ¡Ese de allá es Sirio y esas de allá son las Pléyades! ¡Entre ellas está orión! Se reconoce por el cinturón y las cardinales Rigel, Betelgeuse, Bellatrix, Saiph, M41, M42 y si tuviéramos un potente telescopio y filtros, ten la certeza de que verías las nébulas de cabeza caballo y la nebulosa de Orión o la M43 donde se dice que es una productora de vida y una fuente de poderosa energía. Hizo una pausa, sin dejar de ver al infinito. Pronto amanecería y la luz de esas distantes estrellas quedaría eclipsado por el brillo de nuestro propio sol, que es de los más pequeños en tamaño y edad. Ese silencio que incomoda a los demás, es un momento de intimidad compartida, mejor que el sexo teniendo en cuenta que tener una conexión cósmica es mucho más intensa que un orgasmo. ¿Qué piensas? Me cuestionó como si pudiera leer mis pensamientos y quisiera atraparme en mis propias ilusiones. ¡Nada! Creo que sabes mucho de astronomía. Fue lo que se me ocurrió al instante. Ella no dijo nada, imperturbable y absorta en el espectáculo celeste, sin imaginarme lo que estaría pasando por su mente, ya que la mía era un intrincado laberinto de pensamientos. Pensar que estamos solos en el universo es algo muy egocéntrico y egoísta. Imagínate los planetas en esas estrellas. Sistemas binarios y triples una orbitando a la otra, soles tan cercanos que son mercados interestelares, agujeros negros que son un recurso para combustible e incluso portales temporales. Miles de especies intercambiando los más exquisitos manjares o extraños objetos, conviviendo a pesar de que son enemigos por el bien común simplemente, una zona de tolerancia sideral donde existe un pacto de paz. Hace muchos eones sucedió una guerra por todo el joven universo, se extinguieron muchas civilizaciones y los mundos que habitaban, pacíficos e indefensos seres que convivían en paz y que se sacrificaron por convicción. Volvió a inmutarse. Recorría la bóveda celestial con sus hermosos ojos anaranjados, como una elfa mitológica, moviendo su cabeza levemente. Yo sólo la veía pensando en lo que había dicho, ya no la percibía como mi compañera del colegio. Contemplaba a un ser fuera de esta galaxia, forjada en la luz y el amor de un primigenio caos. No quise perturbar su meditación, la mía era enfocarme en sus ideas y las evidencias del momento y del lugar, que por cierto, era distante y tranquilo que no en vano lo llaman la zona del silencio. Un bólido de color verde atravesó nuestra visión como si anunciara algún fenómeno extraordinario. Nadie dijo nada. De repente una luz se desvió de su ruta y se posó cerca de nosotros, como si estuviera sondeando cada partícula de los cuerpos y la energía que expelen. Luego de estar estática al norte, se desplazó vertiginosamente al sur y se quedó inmóvil a una altura promedio, o al menos eso parecía ya que luego de un rato, esa luz quedó sobre nosotros. ¡Siento que son hermanos mayores. No regresivos ni arcontes! Dijo ella con una seguridad que me asustaba, me inquietaba su serenidad, nunca había pasado algo así en mi vida. La luz empezó a hacerse más grande, como si estuviera descendiendo. Mi compañera se animó a levantar sus manos, saludando con sus palmas abiertas y una expresión de éxtasis en su hermoso rostro. Al volver a ver la luz, me di cuenta que era multicolor, no emitía ningún sonido ni pareciera estar girando, con un tamaño considerable. Quedé cegado por el resplandor, tirado en el suelo por el impacto de una fluorescencia, desorientado y aturdido, no sé cuánto tiempo pasó ni lo que pasó con mi amiga, ella había desaparecido, ascendido en un fulgor y quien sabe con rumbo a dónde, pero en mi mente escuchaba “Regreso a casa, perdóname, celébralo”
lunes, 12 de octubre de 2020
ANTES DE LOS EUROPEOS YA HABÍAN LLEGADO OTROS
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Vimana cortesía google |
viernes, 28 de agosto de 2020
MANXANDRA
Un planeta lejano y desconocido, al que sus habitantes denominan Xand-3R no es muy diferente a la Tierra físicamente, pero su humanidad sí es muy distinta, no fueron intervenidos por una clase de dioses ni una élite que los adora como si fuera la antigua babilonia. Allí los sueños y la vida son iguales, no hay jerarquías, mucho menos dinero porque todo vale por mérito propio y nadie se atribuye la verdad, mucho menos el poder ni la riqueza o la sabiduría, en ese lugar, el propósito de la existencia es la experiencia, por lo que es un mundo de artistas, y no porque todos sepan de la música o la pintura y la escultura, es porque todos son verdaderos seres humanos. Incomprensible para los terrícolas es que allí el más necesitado es el enfermo, el poseído por la oscuridad, el que ha caído en la mentira y el orgullo de la vanidad, el codicioso y lujurioso que rompe la armonía que es la realidad, la tranquilidad. Claro que como todo el universo, la dualidad se manifiesta, y no es la policía quien viene ni un juez el que condena, la consciencia es la justicia, el sistema es la propia naturaleza, sin idealismos ni filosofías sesgadas, de ese modo todo aquel que se quiera matar, lo hace lejos de la gente, como aquellos suicidas que se van al desierto o al monte a hacer deportes que son lo extremo. En uno de esos: “El combate” donde muchos mueren y quienes sobreviven no viven bien, están contaminados con la lucha que en sociedad no existe, no hay competencia, ni necesidad, sólo la paz que existe sin riquezas que son justificantes de pobrezas, y no es una utopía, ni un sueño porque como ya se dijo, aquí los sueños y la vigilia no difieren en esa locura que es la experiencia. Un día un ángel se le apareció a Manxandra, le contó de un mundo muy distante, allá la dualidad está en su punto supremo, se han permitido que el libre albedrío no sea la privacidad del corazón, sino la pedantería de sus ideas ególatras, y eso tiene más público que la sensibilidad, por eso el amor se hace en secreto mientras todos parecen disfrutar del conflicto. No podrás ir en cuerpo físico, allá importa demasiado el color de la piel y el género, no decir que adoran algo que llaman dinero, allá la muerte aunque sea lo más seguro y natural, le temen, no como aquí, donde es el final de un ciclo que se celebra tanto como el inicio del mismo, pues el dolor es una pena superada, otro de tantas sensaciones pasajeras. También debo advertirte que es un mundo caído en la desgracia, se pelean por religiones y políticas, todo en pos de algo que llaman economía, el arte supremo del engaño, nada se escapa a su influjo, lo que ha hecho del padre universal un robo y en ocasiones la pederastia. ¿Entonces, cómo hago para ir? Debes morir, te llevaré en espíritu y te encarnas en uno de esos vehículos que llaman cuerpo, pero no recordarás ni de dónde vienes o lo que vas a hacer ¿Y qué voy a hacer? Vas a experimentar la guerra, y no la pelea de aquí, allá están mis hermanos oscuros, ellos manejan los hilos de la realidad ¿Demonios? Los mismos de aquí, sólo que allá abundan en las tinieblas manejando casi a todo el mundo. ¡Mátame! Eso no puedo hacer, dijo el ser celestial. Entonces Manxandra se arrojó al vacío de la cima donde estaba, fue a dormir en la eternidad, pero despertó en una criatura más parecida a una larva, frágil e indefensa, no como ellos que nacían con plena consciencia de sus vidas anteriores y del mundo que los rodea, con telepatía y visión astral, lo que les permite ver áureas o viajar fuera del cuerpo. Pasaron los años y creció, casi como todos los demás, con una extraña sensación incómoda por la dificultad e ignorancia, le era muy fácil aprender, además, no entendía por qué los demás no perciben el otro lado de la existencia, hasta que un día despertó, recordó su nombre cósmico y su misión, así nació la esencia que conocemos como Manxandra, un ser venido de las estrellas.
lunes, 27 de julio de 2020
EL VANO SACRIFICIO DE UN CARACOL
Ya días antes se me había anticipado el karma. Caminaba con una amiga, cuando en un jardín vio un caracol posado sobre una hoja, una señora que pasaba por allí nos contó que una vecina solía matarlos porque se le comían el palo de café. Yo sin pensarlo, dije lo mala persona que debe ser esa señora, pues su prioridad es su propio beneficio sin importarle el orden natural, acondicionada en su forma de pensar y de actuar, no tenía el menor decoro en pensar que aquel gasterópodo era un ser vivo como ella. Los insectos no son insignificantes, de no ser por la cucaracha común que es tratada de plaga, los detritívoros serían vistos como la solución a grandes cantidades de basura que producen con su insostenible consumo, además, temen tanto a la muerte que su consciencia ignora el microcosmos en el interior del ser humano, que en vida es un compendio de células y en la muerte hace otro proceso llamado autolisis. Continuamos nuestro camino y el molusco igual, pensaba en las veces que yo mismo he pisado uno que otro (sin intención) generando la culpa que me asola, que me deprime por mi falta de atención y cuidado, por no intuir que la vida depende de mí. Dejé a mi amiga en la puerta de su casa, me despedí de ella sin poder decirle que la quería, me quedé absorto en mis pensamientos y sobre todo en mi trauma, en la impotencia ante el cruel destino de los animales que alimentan a otros animales, y peor en el caso de quienes fuimos bien instruidos en la agricultura, vegetarianos por naturaleza y reducidos al artificio, al holocausto de nobles seres que no tienen pecado más que servir a una sociedad desalmada. La prioridad de mi amiga son sus hijos y su trabajo, no hay tiempo para perder con un perdedor como uno, alguien condenado a una vida mortal siendo un espíritu trascendental. Regresé a mi arrendada habitación, a meditar entre la diferencia de un insecto chupasangre como un zancudo o una pulga, y la araña que se alimenta de ellos, la manera natural de protegernos contra las enfermedades de plagas, como la que devastó a Europa o las que aniquilaron a los nativos americanos durante la conquista. Contrariado entre la bondad propia en el corazón humano y su menester por la ajena aceptación, pedía perdón por todas esas criaturas que han perecido en mis manos y bajo mis pies, nunca fue mi propósito acabar con sus vidas, es mi condición humana la que lleva ese instinto asesino, el cual puedo frenar a la hora de comer y en muchas ocasiones cuando puedo devolverlos a la naturaleza. Desde la época de que los dípteros transmiten zika, el chikungunya, leishmaniosis y otros males, uno pide a su espíritu colectivo que se distancien, de lo contrario uno termina enviándolos a la luz a que se reincorporen a la vida en un ser que no se alimente de sangre, ni que cause enfermedad y dolor. Absorto en mis pensamientos, fui sorprendido y casi asustado por el teléfono, no me llaman tan frecuente como a otros, y menos para sólo saludar, siempre hay algo de debo hacer como mi empleo. Me pidieron el favor de acompañar a una amiga, y me citó a las 7:Pm, media hora luego de la llamada. Salí justo a tiempo y al lugar indicado, me volvió a llamar para disculparse por su demora, y le dije que la esperaría un poco más, sin saber el motivo de su retraso. Me fui a sentar en una banca, y fue cuando la desgracia tocó mi destino. ¡Pisé un caracol! Me enfurecí, no sólo por la falta de palabra y comprensión de mi amiga, sino también por mi maldita suerte, la prioridad es el egoísmo de lo que fuera que estuviera haciendo. Me dijo que en quince minutos llegaba, y ya llevaba el triple allí sentado en el frío. Le escribí un mensaje y no contestó, así que decidí regresar a mi cuarto. Ya me había quitado la ropa y metido a la cama, cuando llamó, ya estaba allí, que la perdonara porque entró a la iglesia, le dije que sí, pero que no saldría, oraba por el caracol.
jueves, 4 de junio de 2020
LOS LOBOS CON PIEL DE CORDERO NO QUIEREN A LOS ÁNGELES CON GARRAS Y COLMILLOS
Cuando entró en la biblioteca esperaba ver un ratón, no una rata, y no de esas que adoran los budistas o hinduistas en sus templos, sino de esas con corbata que sobran en congresos y demás lugares donde operan. Los gatos habíamos hecho una tregua con los ratones, los hombre ya se habían extinguido en sus guerras yos enseñaron que la guerra es inútil, así que las monarquías de los ratones y los gatos llegaron a un acuerdo, se distribuyeron las autoridades y cada uno gobernó en su reino. Los espacios comunes se transformaron en un verdadero karma, la naturaleza de los ratones y los gatos era inflexible, los primeros con miedo y los segundos orgullosos y vanidosos, lo que derivó en pequeños disturbios al principio, pero tan pronto reyes y reinas mostraron a todos su alianza, nadie tuvo cómo justificar sus malos actos, todos debían cooperar para no terminar como los humanos. Hubo ejemplos donde se ajusticiaron gatos y ratones por igual, no importaba si fueran de nobleza o del pueblo, estaban desvirtuando las jerarquías, y en eso insistían las élites de ambas especies, quienes aprendieron el lenguaje de la ya desaparecida humanidad, pudieron llegar a un acuerdo hablando el mismo idioma y siguiendo el mismo propósito. Heredaron de los acaecidos sus técnicas de cultivo y decidieron ser vegetarianos, los gatos ya no eran depredadores y los ratones dejaron de ser una plaga. Éste ejemplo surtió un efecto dominó en todo el mundo, tanto en mares como en tierra, los que no pudieron cambiar su esencia se convirtieron en seres monstruosos que fungían como verdugos, allí eran arrojados aquellos que rompían el balance, la armonía era primordial y no podían darle el lujo que llevó a la sociedad humana a desaparecer. Volviendo al templo de la sabiduría, fue estremecedor no encontrar al ratón de laboratorio en su habitual puesto, en su lugar estaba otro roedor más grande, el blanco había sido desplazado por una parda y agresiva criatura, aunque vistiera de traje, carecía del encanto que caracterizaba a su predecesor. Le iba a pedir una recomendación, pero no me atreví al verla con un libro de un sujeto que se llamó Adam Smith, y diplomáticamente me preguntó qué se me ofrecía, pero preferí seguir de largo y buscar el libro por mi propia cuenta, lo que le pareció descortés y me imputó la falta de respeto. No dije nada, apenas un “Lo siento” ganándome su inquisitiva mirada. Llegué a un estante y encontré lo que buscaba, pero cuando me fui a sentar en una mesa, observé que otras ratas se volcaban en libros de religión y política. Me miraron con indiferencia, hasta que alguna leyó en la cubierta del libro que traía en las manos, de pronto, un susurro iba de oreja en oreja, incluso pude oír la cuestión “¿Un gato filósofo?” y el recelo me hizo aislarme en una cabina. A través del vidrio podía ver que me señalaban y me miraban de reojo, no puse atención, sólo me arroje sobre las páginas de mi lectura, me evadí en axiomas y argumentos sobre la vida y el amor, nada de verdad ni de justicia, tampoco de necesidades o deseos. Luego de tres horas allí recluido, me di cuenta de que los animales allí (comadrejas, lobos, un buitre y otras ratas, entre otros) dejaron de leer, en su lugar me observaron salir del cubículo y poner el libro donde lo saqué. De nuevo las habladurías llenaron el lugar, como un humo que delata el fuego, a lo que seguí impávido y lacónico, seguía preguntándome por mi amigo el ratón de biblioteca. Sólo hasta que salí, pude comprender lo que había pasado. El cándido ratón había sido trasladado a la biblioteca de la junta capital, la prensa había sido esclarecedora, los demás me veían como una amenaza, no porque fuera un gato negro, sino porque era un libre pensador, el alma de un león dentro de un azabache felino, ya que aquel ratón amigo me había postulado para el puesto de alcalde, que todos los demás se disputaban.
viernes, 15 de mayo de 2020
MI PÍÍXAN ÓOL(ESPÍRITU) ESTÁ ENTRE USTEDES
¡Protervos! Exclamó uno de los acaudillados en la caverna, un lugar clandestino de rebeldes en contra del sistema y sus lacayos. El régimen tiene por costumbre eliminar a quienes no están de acuerdo con sus normas, muchos líderes sociales fueron eliminados antes de ser completamente instaurado, ahora, todo aquel en contra del sistema estaba condenado a desaparecer o fenecer, por eso la disidencia debía ocultarse. Las mujeres y hombres allí reunidos eran personas comunes y ordinarias, sólo que estaban hartas de órdenes y mandatos, el más radical empezó a discutir: “Marx escribió el capital, no el humanismo. Hobbes el Leviatán, no el maestro. Aristóteles la república, no la humanidad. Rousseau el contrato social, no la libertad individual. Adam Smith la riqueza de las naciones, no el valor del ser. Montesquieu el espíritu de las leyes, no el espíritu del ser humano. Engels el origen de la familia, la propiedad privada y el estado, no la procedencia divina de la consciencia. Max Weber el espíritu del capitalismo, no el espíritu de la naturaleza. Maquiavelo el príncipe, no el honesto. Emanuel Kant crítica de la razón pura, no la lógica del alma. Y podría seguir incluyendo la biblia, la constitución, la evolución de las especies, el manifiesto comunista y toda parafernalia pasada por razón científica o ética.” El discurso incomodó a uno que otro allí, abogados, médicos, comerciantes, y aquellos que tenían en sí mismos la esperanza de poder redimir a su clase, sólo que habían prometido poner la causa por encima de todo, y eso involucraba a sus familias, quienes no sabían en lo que se habían metido. “somos pacifistas, y la mejor forma de vencerlos es no caer en su juego” dijo otro entre las sombras, desde un rincón “lo mejor es no hacer nada, las autoridades esperan que hagamos algo” agregó ante la negativa de la mayoría y la aprobación de unos pocos. “tenemos que concluir, vamos a votar, así que cada uno escribirá su idea como es de costumbre, y las leeremos para saber cómo proceder.” En silencio, todos redactaron su idea y posteriormente la depositaron en una urna. Una señora de edad leyó en voz alta cada voto, anónimo para ser público. “Tenemos que finiquitar la reunión declarando: lo esencial es no descubrirnos, por ahora lo único que podemos hacer es reunirnos, desahogarnos en estas ignoradas tertulias.” Su tono clamado inspiraba confianza “Ni confíen en sus familias, por el dinero y el convencimiento cualquiera podría hacer cualquier cosa, ya ha pasado, las traiciones y los errores están a la orden del día.” Se despidieron y salieron uno por uno por las diferentes salidas del recinto, un edificio sin terminar de construir en las inmediaciones de la capital. Los agentes del estado han buscado este lugar por meses, infructuosamente se debe añadir, cosa que frustra a quienes invierten en tal empresa. Se sabe del grupo por los panfletos dejados en postes y paredes, los subversivos sin identidad, no tienen un nombre, tampoco un logo, sólo un mantra con el que se identifican igual que los masones, uno decía: Nock Ka Kan Kani. Y el otro respondía: In Lak Ech. Que significa: Tú y yo somos lo mismo. Tú eres yo y yo soy tú. El indignado del rincón, no dejaba de insultar en su mente a los perversos, despreciaba la mentira que caía en la ira antes que en el miedo. Lo que le hubiera servido, lo seguían dos sujetos, la calle era oscura y había llovido, la luz de los faroles se reflejaban en el piso entre la tenue nube de niebla. Como no usaba teléfono se creía no rastreable, pero una cámara del tráfico lo había delatado, había sido interceptado en una esquina, lo subieron a un auto y desapareció, no volvió a ser visto en las reuniones, tampoco en su casa ni en su trabajo, pero había dejado una carta si algo le pasaba. “Siempre denuncié lo que me iba a pasar, y la prueba es que me desaparecieron, pero no lo pudieron hacer con mi espíritu.”
martes, 21 de abril de 2020
TIEMPO DE REFLEXIÓN Y MEDITACIÓM
Elevar la consciencia es un acto de desobediencia civil, un sacrificio social a favor del individuo y el desconocido espíritu cósmico que habita en toda criatura vida e inorgánica, por lo que los dueños del sistema temen que un día se esparza como un virus, es por eso, que ellos deben actuar antes de que la naturaleza haga lo suyo. El sistema te necesita obediente, para ello te hace ignorante y adicto a sus leyes o dogmas, por lo que no extraño ver a los borregos votando o diezmando sin darse cuenta, que pagan por nada, sin siquiera imaginarse el poder del pensamiento o de palabra reposando en sus corazones. La muerte sólo existe para el cuerpo, luego es cuando el paraíso o el infierno se hace real, mientras tanto, aquellos que manipulan la realidad someten la naturaleza a su antojo, saben que la energía propia del ser humano no se puede exterminar a menos que él mismo la entregue a voluntad. Los multimillonarios son culpables de ello, nadie puede nacer en ese mundo de plutócratas sin haber vendido su alma con anterioridad, a menos que sea uno de los renegados que usan el imperio para elevar su consciencia, los traidores del imperio eliminados como JFK y otros que se atrevieron a desafiar los límites impuestos. Lo mismo pasó con maestros ancestrales, enseñaron la importancia de un espíritu trascendente, pero las religiones convirtieron sus experiencias en una forma de controlar la sociedad y de paso lucrarse, ninguno es capaz de aliviar la pena de existir en un mundo ambicioso y menesteroso, se aprovechan de las pasiones humanas como el fútbol, así la vanidad del ego se impone al amor a la sabiduría, son mediocres sobornados sin imaginarse que la vida es más fantástica de lo que parece. Temer es de humanos, lo es también la curiosidad, sólo que se conforman con ilusiones, se venden al mejor postor como cuando dicen que un buen político es el que menos roba, todos ellos son delincuentes de cuello blanco, hombres en traje que no dejan de ser monstruos por dentro de la piel, se ufanan de ello en impuestos y tributos llenando arcas privadas con dineros públicos, por eso a un ladrón que robe un banco le dan penas brutales, mientras los banqueros se salen con la suya. Ese imperio del mal sea socialista, demócrata, republicano, monarca, dictatorial, religioso o lo que sea, son capitalistas asociados al nuevo orden mundial, masones y demás iluminados institucionalistas o dueños de las corporaciones que han hecho del planeta lo que es, un caos social donde la gente es mala por la naturaleza de sus sociólogos y demás ingenieros del régimen nacional o internacional. Dejar ese cáncer cuesta más que cualquier cosa en el mundo, pero es un buen precio a pagar por la libertad del alma y su consecuente despertar, y eso no quiere decir que vamos a ser super héroes o ser profetas, o que vamos a abrir la glándula pineal y ver el universo como lo hace el yagé, tampoco es para adquirir riquezas o ser poderosos, es simplemente ser conscientes de lo que se trata vivir en una clase de mundo como este. Thoreau propuso vivir con lo menos posible, nada diferente de Jesús o Buda o Lao Tse, todos ellos se anticiparon a la filosofía moderna de la razón científica o del credo religioso, no había constituciones ni biblias, mucho menos un centralismo satánico dado a empobrecer a todos y enriquecer a unos pocos. Vale la pena dar la vida por el arte y la expresión de la realidad universal, por el amor a la sabiduría, por el desarrollo individual del espíritu, por la consciencia colectiva de un universo lleno de luz y amor, esa abundancia de la eternidad puesta en cada uno de nosotros, la herencia divina atrapada en el profano materialismo, la accidentada ruina de lo espiritual. Somos luz y oscuridad, movimiento y reposo, una paradoja resuelta en el devenir sin planes a futuro o traumas del pasado, no soy más que un insecto ni menos que un Dios, por eso exhorto a mis lectores a comprobarlo en la soledad de sus sueños, descubrirlo en la voluntad propia y el compromiso ajeno de hacer un mundo mejor, no ese progreso protervo que dicen ser inevitable cuando es proclive al desastre, tal como ese caos que vivimos en esta cuarentena.
martes, 31 de marzo de 2020
UN RATO DE TRES SEMANAS
Hay dos clases de personas: los seres humanos y los socios. Hablar
de la humanidad sobra, lo que hace falta, es hablar de esos accionistas adeptos al materialismo y todo lo relacionado, mismos gestores de ideas abstractas y
corrompidas como la religión y la política, que no ha servido sino a sus
cómplices y secuaces. Que este tiempo de introspección sea de provecho, no de
pánico ni de miedo, como cuando uno venció ese prejuicio satánico de que la
sombra se oculta o se cambia, lo que en palabras más coloquiales significa:
aceptar los defectos tanto como se pregona el ego. Les daré una lacónica visión
de un acostumbrado encierro. La televisión pública es un asco, repugna la
ignorancia emocional de los dramas o la mediocridad de los medios de
comunicación, el morbo de la lujuria pasó a la glotonería o se quedó en recreos
playeros de competencias estúpidas, y todo eso en pos de los mercados que
imponen estilos de vida y un consumismo productor de basura. El radiotransmisor
murió, esos locutores parecen loros repitiendo las sandeces por cuales les
pagan, les falta el carácter de Willian Copper o George Carlin, esos que se
atrevieron a denunciar a esas élites ocultas tras sus planes, como el club Bilderberg
que anualmente reúne a masones mundiales ejecutando su agenda. Fue muy
descarado Bill Gates hace cinco años cuando anunció que la futura guerra mundial
no sería con bombas atómicas sino con virus, justo por ese tiempo, también la
que era directora del fondo monetario internacional, se atrevió a decir que los
ancianos eran un riesgo para la economía mundial y que debía hacerse algo ¡Y
ya! Por no mencionar la xenofobia y brutal sicopatía de gerentes y dueños del
mundo. He dicho nada de miedo, de eso se alimentan, de una densa vibración en
las más bajas frecuencias y, por ende, de aquel portal inter-dimensional que es
el cuerpo humano, presas y depredadores en el devenir de una inmisericorde
competencia, de esa pugna o ese amor que se despliega a cada instante, el
devenir, la incertidumbre, la fe. He visto las mejores personas en condiciones
muy tristes, por eso me ofende la impunidad de los corrompidos asociados en el
negocio de la vida, por lo que en rebeldía con mi género y en solidaridad con
esa fauna propia, vale la pena ser vegetariano, no ser esclavo de un banco o
súbdito de una mafia, ni cómplice de un sistema egoísta e hipócrita, o sus
gobernantes iniciados en la reverencia y respeto a un dogma podrido o un rito
caduco. Mejor es hundirse en melodías musicales de géneros fuera de lo popular
o comercial, abstraerse en películas y demás visiones ajenas de la existencia,
buscar pinturas y obras de arte, ojearlas en páginas de una perspectiva
dedicada a la musa creativa y su divina o profana creación. No ha cambiado nada
en este ostracismo, cosa diferente para aquellos claustrofóbicos o menesterosos
de las multitudes y los espacios públicos, no imagino el desespero de esa carestía
social, mucho menos el abandono del habitante de calle, o el necio inmigrante
que cree que este gobierno es mejor que el suyo, estamos en el nuevo orden
mundial. No es el fin del mundo, tampoco han regresado los alienígenas ancestrales,
ni un asteroide va a colisionar con el planeta, así que un agente patógeno
mucho menos lo va a hacer, los pastores necesitan el rebaño y prolongarán su
suplicio. Hay tiempo para ver esa serie pendiente, de aprender algo nuevo, ver documentales
y hasta para revolcar el más recóndito rincón del hogar, hacer lo ordinario de
otra manera que sea fenomenal, no como fantasmas ni demonios o sombras, sino de
esas sensaciones, ideas, sentimientos que se reciben como si nos lo
transmitieran de otro plano. Por eso entre los amañados a las cosas de este
mundo, y los evadidos en fantasías, me quedo con los utópicos y soñadores, bien
dijo un poeta y dramaturgo: prefiero un vicio tolerante a una virtud obstinada.
Los convencidos de esta realidad suelen distorsionar el mensaje del cosmos, los
perdidos estamos al margen de una enferma sociedad, dada a los traumas en lugar
de las quimeras, por lo que no me extraña que estén perdiendo la razón de
tanto encierro o ansiedad por la calamidad.
domingo, 23 de febrero de 2020
ACEPTAR LO INACEPTABLE ES EMPEZAR A COMPRENDER LO INCOMPRENSIBLE
El tiempo y el espacio son tan definitivos como relativos, en
esencia, el universo es la dualidad en armonía, toda luz produce una sombra de
la misma forma que la oscuridad revela el más mínimo resplandor. Más allá de la
moral está la consciencia, la ley escrita en la sangre, o si quieren, es la
matriz mental codificada en la realidad física, polos extremos de dos
perspectivas de lo mismo, dicho de otra forma, en la integridad el amor y el
miedo van de la mano, que a lo mejor por eso el mundo es tan miserable como divino.
No pretendo la verdad absoluta, es mi juicio humano hecho ensayo, la idea convertida
en palabra, el supuesto arte que blando en cada tintinear de las teclas, en
otro tiempo fue de puño y letra siendo siempre sangre y espíritu, el mismo que
trae a cada uno de los lectores a un diminuto universo. Mucho antes de la llegada
de los españoles desapareció la más misteriosa cultura del sur de Colombia, sin
nombre conocido se les llamó “San Agustín” por el fray que en 1790 se dio la
tarea de consignarlas por escrito, antes sólo quedaban historias que los
colonos se encargaron de desestimar, luego de la aniquilación de la conquista y
el establecimiento del feudo, las leyendas y los mitos eran el tesoro de una
lengua extinta, sus historias hacen parte del consciente colectivo del
conocimiento mundial, no esa globalización que tanta ruina ha traído al mundo.
Alrededor de 5 mil años atrás, una tribu se distribuyó por ese territorio del
macizo colombiano, pasaron de lo arcaico y primitivo, a dejar una increíble
prueba de su sabiduría y de su conexión con la tierra. Dejaron sarcófagos de
animales lejanos como el cocodrilo, imprimieron el rostro de un elefante en un tótem
funerario infantil, incluso esculpieron a un primate endémico de África, y una
fuente lava patas donde se dice que traían al mundo a sus hijos, siendo
particular que donde inhuman también dan a luz. Alguna vez un huaquero encontró
una piedra que al moverse sonaba como si estuviera hueca, y como si fuera hecha
por alguien que deliberadamente dejó algo en su interior como prueba, como si
la piedra hubiera estado líquida en su estado primordial. Todo el lugar tiene
pruebas de la gran actividad humana en la región, se dice que a la llega de Cortés
los mayas eras más de 35 millones y en el caso de Pizarro eran más de 33
millones de incas, ahora no es increíble pensar que los pocos millones que
habitaron el país tenían relaciones. Los Taironas debieron conocer a los san
agustinianos, igual que los Calima, Muiscas, Nariño, Tierradentro, Tolima y
demás culturas precolombinas; a diferencia de los occidentales, éstas culturas
mantenían el espíritu otorgado por los dioses, de seguro no usaban mercurio
para extraer el oro, tampoco le tiraban sus desperdicios al agua. Antes los
lenguajes tenían en común la explicación del universo, de allí que antes de ser
hablado y escrito, era telepático y empático, no había jerarquías más que las
condiciones propias de la vida, igual que el mal propio de las personas caídas
en desgracia, como esos inhumanos seres usurpadores de la humanidad. Creo que
aún queda esa energía en los modernos humanos, puede que no recuerden su
origen, que sean mestizos, estén esclavizados, sean ignaros del espíritu, o
peor, que lo manipulen en interés de sus preceptos sociales, mercado de una
vida reducida a trabajo, cuando su dignidad es levantarse del fango como una
bella flor. El instante deja de ser perenne, nos elevamos en una espiral de afectiva
y tierna luz, reconocemos la herencia cósmica o adquirimos el honor arrebatado
en dogmas y pasiones, así es como despierta la consciencia dormida, es así como
los sueños se hacen realidad, como el amor supera todo lo imposible, verdadera
fe que se manifiesta en pensamiento y acción. Puede que lo oficial sea la
verdad aceptada, hasta la mentira es cierta en boca del mentiroso y odio del
crédulo, lo oficial, lo estatal, lo cardinal, la ley o norma del mundo poco
vale si no comprende la esencia del cosmos, si pretende dominarlo o contenerlo,
esa quimera que llaman democracia es un negocio de todo aquello que quedó
plasmado en la naturaleza y la humanidad, sólo es querer entender.
miércoles, 29 de enero de 2020
DISERTACIÓN EXISTENCIAL (Nada que no se haya denunciado antes)
Aún
quedan los que recurrían a las bibliotecas o a las enciclopedias para adquirir
conocimiento, los dinosaurios que conservan la magia que aplican en cada acto o
acción, la misma determinada por una clase de destino originado en la fuente
original, esa herencia implícita en el ser humano tan desconocida que parece
inalcanzable o inexistente. Dirán que hemos evolucionado, pero en otro lejano
tiempo de la historia ya había pasado lo mismo: plagas, guerras, enfermedades,
violencia, ignorancia, monarquía, estafa, mentira, codicia, concupiscencia… que
pregonan como la manera de construir una sociedad (de la que somos esclavos, no
socios), y que reduzco a sus tres pilares o trinidad sagrada de economía,
religión y política. Lejos de eso, existieron tribus y pueblos elevados en la
ley de la naturaleza y la unidad del amor, con tecnologías increíbles que se
narran en mitos y arcanos para quien tiene oídos y lo entienda, así su
consciencia se integra al devenir de la dualidad y fluye más allá del tiempo y
el espacio. El planeta era diferente, todavía no había sido consumido cuando ya
tenía colosales bosques y criaturas, un primitivo ser cuidaba de la creación y
hasta se decía que eran células de la gran fuente original materializadas,
pequeños hijos de la deidad dual y por consiguiente eran luz y sonido. La
ciencia actual es insuficiente para aceptar su error ante los hechos cósmicos,
es otro instrumento de la sociedad para el control mental y existencial de
todos los ignaros a su servicio y dominio, nada diferente de lo que hace el
banquero o su amigo político que cual tentáculo, sabe mover los hilos de
aquello que han construido por milenios. Siempre han existido los miserables
desalmados, y siendo pocos tienen más poder que el general común de la
población, no en vano han acaparado toda su fortuna en unas pocas familias
alrededor del mundo e incluso afuera, no es un secreto que tienen tratos con
seres foráneos por su conocimiento o la tecnología que podemos apreciar en el
consumo. Comprobar esto es como ver a Dios, quien no muere queda marcado de por
vida, la prisión ni el preso pueden ser saboteados a menos de que su
consciencia empiece a despertar, es así como el espíritu se abre paso entre el
ego y genera la armonía justa para las necesidades o los anhelos. Pasar de temer
a la muerte a verla como amiga y maestra, no hay misterio para el que
trasciende su condición humana y encuentra el universo de su espíritu. El que
funcione el sistema no quiere decir que sea bueno, es efectivo y práctico,
claro que sí, pero también es maquiavélicamente clasista e hipócrita, no
difiere de la clásica ilusión de estado o imperio donde una figura central
funge de líder, además, nunca una idea había llegado a ley como lo es la deuda
del crédito y el impuesto, ese yugo existencial del que se vale de un cargo o
autoridad para justificar la ignominia del poder o el gobierno. El dogma en una
iglesia o en una junta o congreso, ha servido por eones en el universo, esa
adoración a la materia contraria al amor y la energía, es la manera que las
dominaciones y potestades del infinito se adueñan de la libre elección que corrompen
por el placer y la vanidad, así las cosas son como deben ser, incluso en lo más
macabro donde lo hermoso es la paradoja que el mortal no puede resolver. Se
mira al cielo y se piensa en todo aquello que evade los sentidos, ocasionalmente
una estrella, un cometa u otra luz cruza el firmamento y sus constelaciones,
incluso de día se han visto y captado en video, doy fe de ello, de lo que no
doy fe es de la honestidad de un comerciante, el de sotana y corbata quieren su
diezmo y su voto no el bienestar o salvación, puede que existan excepciones,
pero en general todos hacen parte de la misma red capitalista. Nada de eso
sería posible si los humanos dejaran de ser convencidos de una mentira y
aceptar el soborno, son mediocres y lo saben, no les importa en su limitada
visión o propia satisfacción, los ideales sólo sirven si se prestan a la
conspiración detrás de todo, así fue antes, así es ahora y así seguirá siendo,
sólo cuando todos estén dispuestos a amar la dignidad antes que traficar con
ella, se pondrán en zapatos ajenos y despertarán la consciencia.
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