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Vimana cortesía google |
Según algunos investigadores, hace 400 mil años
aproximadamente, al planeta llegaron unos seres galácticos en busca de
recursos, tanto físicos como humanos, así encontraron homínidos para ser
intervenidos con su tecnología genética para que fueran sus esclavos. Milenios
pasaron entre ese divino conflicto (Jehová-Lucifer; Luz-oscuridad; Bien-mal)
que se esparció por la superficie de este maravilloso mundo, mientras en el
interior se refugiaron los sobrevivientes de la invasión, también los renegados
que no estaban de acuerdo con la usurpación. Así quedaron registrados en los
mitos de muchas culturas, como la sumeria, Tiahuanaco, Maya, Inca y muchas
otras aniquiladas, pues si hay evidencias de actividad han sido ocultadas o
tergiversadas. Existen artefactos fuera de lugar (Oopart, por sus siglas en
inglés) que demuestran tal hecho, como el martillo Texano o las piedras de Ica,
lo mismo que la ciudad subterránea de Derinkuyu o la destruida Mojenjo Daro que
son tan avanzados dejando un misterio insondable para todos los científicos,
como la batería de Bagdad. Antes de la usurpación de la conquista española, ya
los vikingos y tal vez los asirios habían llegado a América, pues hay una
fuente llamada “Magna” hallada en Bolivia tiene en su interior escritura del
estilo cuneiforme, incluso se dice que la misma humanidad que habita el
continente entró al mismo por el estrecho de Bering entre 40 o 30 mil años
atrás. El mecanismo de Anticitera es una rueda dentada atribuida a los Griegos
unos 150 años A.C, quizás parte de una computadora de la antigüedad, imposible
para gente de ese tiempo, igual que algunas piedras de Ica donde se ven a los humanos
junto a los dinosaurios (desaparecidos hace 60 millones de años). Puede que sea
una posibilidad que Colón conociera el mapa de Piri Reis, que lo descrito en su
diario como luces sean ovnis que le indicaron el camino, o que supiera del
origen de los misteriosos grabados en un arco de la capilla de Rosslyn que
parecieran ser maíz, o como esos tallados en un dintel del templo de Abidos en
Egipto. El sarcófago de Pacal en Palenque pareciera mostrar a éste manejando
una clase de nave, en un museo de Bogotá se exponen pequeñas figuras Quimbayas
de oro con forma de un avión moderno, brutal coincidencia con el pájaro de
Saqqara, como si los ancestros conocieran los medios de transporte aéreos de
los dioses y sus descendientes. Los mitos y las leyendas de nuestra cultura
precolombina, son tan ricas como las de cualquier país en el mundo, cuando
Cortés llegó a Tenochtitlan encontró una ciudad más grande y hermosa que París
o Londres, se aprovechó de un grupo renegado para someter a los Aztecas a punto
de miedo y muerte, la fuerza jesuita también hizo su parte bendiciendo a los
conquistadores y sus armas, decían que los indígenas no tenían alma y que por
eso no irían al infierno por asesinarlos. El saqueo europeo consolidó una de
las más antiguas corporaciones (Compañía británica de las indias orientales), adelantándose
al capitalismo que un ebrio redactó en un postulado “El capital”, fomentando la
esclavitud y el nacionalismo que se radicó en cada una de las colonias. Hoy no
hay nada que celebrar ni conmemorar, no respeto a ningún político o religioso,
mucho menos a un banquero o comerciante que por el lucro aprovecha las normas y
leyes, todos ellos confabulados por su sociedad que salió del secreto de sus
edictos y símbolos que los representan. Ocultaron la historia y la manipularon,
llamaron descubrimiento a la invasión y masacre, honraron homicidas y les levantaron
pedestales, nada diferente hoy en día en donde se eligen corruptos y se tributa
a los bancos, la policía mata con impunidad y los gobiernos se cubren los unos
a los otros, tal como lo hicieron los demonios y otros seres ancestrales que
son los titiriteros, milenarios reyes que siguen alimentándose de la humanidad.