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Estimado lector, si eres asiduo recurrente a este
liliputiense espacio, no sólo te agradezco sino que estoy en deuda con tu
curiosidad y atención, y mucho más en un país donde leer no es un hábito común,
no hay cultura más que el ordinario consumo materialista, mientras el espíritu
sirve para que pastores y políticos se llenen los bolsillos con las arcas
públicas. Todo aquel que ha llegado a este blog no es sólo un lector, más que
un amigo es parte de esa consciencia colectiva a la que nos conectamos cuando
dejamos de ser, ya sea antes de nacer, luego de morir o en esos instantes en
que nos iluminamos. Pensar en quién podría leerme es lo mismo que pensar en los
escritores que leo y que no tienen la menor idea de que existo, y no importa si
sólo uno o dos interesados vienen a visitar los pensamientos de alguien quién cree escribir, lo importante es que leer es como vivir e incluso mucho más,
pues siendo pensamiento trasciende el tiempo y el espacio. Nunca pensé que
publicaría, hasta que los tiempos modernos me empujaron a desquiciarme en estas
prístinas hojas vacías, más que un trabajo es la única forma de expresarme a mí
mismo, y de paso a quien pueda cruzar el muro del ego que hemos levantado en
esta sociedad. Como lector eres parte esencial de nuestra experiencia
artística, testigo de un proceso de años donde los aciertos valen más que los
grandes deslices, por lo que disculpen si los he ofendido o lastimado, las
palabras tienen un poder inimaginable, y eres parte de esa magia que habita en
todo ser vivo e inorgánico. Escribir ha sido una aventura, uno escribe como
piensa, uno piensa como lee, uno lee lo que le gusta, uno gusta lo que es de
uno, incluso lo contrario y perjudicial, siendo el conflicto la contradicción
cuando hacer armonía de la paradoja es mi clave creativa. Hermano y hermana,
estamos aquí, somos reflejo de aquellos trascendidos que ya no están, sólo sus
historias y su espíritu, ese mismo al que apelo a quien lee mis idioteces,
debería acallar mi mente y no escribir más, retirarme a un monasterio y
olvidarme del encanto de simplemente sentarse a teclear lo que se cruza por el
cerebro. El amor no son solo besos y caricias, es un estado de creación cósmica
que se manifiesta en el ser, ya sea en
cualquier frecuencia y vibración, todos provenimos de ese plano más allá del
tiempo y espacio, infinitos e inmortales estamos contenidos en estos
recipientes de carne, somos luz, eso es todo. El mensaje hoy escrito está
dedicado a todos aquellos que me leen, leyeron o van a leer, atemporal e
inmaterial, el universo reside en la consciencia, ésta habita el cuerpo, junto
al ego u otras formas y mecanismos corrompidos de orden y control, eso es el
poder y la riqueza. No quiero fama, fortuna ni nada parecido, el éxito es una
cadena de almacenes. Deseemos sabiduría, eso es salud mental y física. Sea un
ensayo, un cuento, una carta o simplemente las anotaciones que sueles hacer,
ten la certeza de que lo que redactas vale más de lo que imaginas. La película
que vivimos la ven todos aquellos que nos aman, piensan y sienten lo que
sentimos, es lo que se llama entropía, es leer el corazón más que la mente, ya
que de allí es de donde se saca el tesoro en cada quién. Errar es de humanos,
toda luz produce una sombra. El dolor y el sufrimiento de la vida no es nada
comparado con la tortura del desespero y la angustia, infiernos han amenazado
al alma humana en la guerra por ella, ángeles y demonios se la disputan. Si tu
misión no es sucumbir al encanto de la ilusión, estás condenado a la adversidad
de un mundo al que no perteneces, estás aquí para despertar tu consciencia,
estamos para comprobar la futilidad de lo perverso con toda la energía de la
fe, esa fuerza concebida en lo más profundo y oculto de cada ser vivo. Gracias
por tu atención, y sobre todo por tu paciencia, tu comprensión y estimación.
