
Cuando somos humanos somos mortales y necesitados, todo lo
contrario cuando brillamos en toda la plenitud de nuestro ser y lo imposible se
convierte en milagros, pero nos debatimos entre el banal sacrificio de la
esclavitud o la libertad de servir a lo trascendental. Pienso mientras espero
la sorpresa del día, ese arcano que se descubre cuando los actos revelan
aquello oculto en las ideas, esa energía de la que todos sienten pero que nadie
puede explicar o probar. Sentarme en la silla de un parque no es lo mío, pero
aquí estoy viendo pasar a la gente en su afán, la prisa y la fe en lo transitorio
los lleva y los trae en el devenir mientras los otros vemos el destino que
negamos o aceptamos, según sea la ocasión debemos o podemos o las dos juntas en
los casos más raros y excepcionales. De camino vi una habitante de la calle
haciendo pis tras una mata mientras que la que la cuidaba se daba un pipazo, pensé
en lo decadente de la humanidad pero cambié la palabra por sociedad que le
queda mejor, los humanos tienen consciencia que de no ser por los requisitos o
parámetros de la sociedad no sería corrupta, mucho menos perversa ni
materialista. Desde que estoy aquí sentado he podido hacer un balance de lo que
la gente consume, y no vale ni la pena el mercado de avaricia y desperdicio que
no difiere del sistema digestivo del ser humano, es tan bello lo que entra pero
asqueroso lo que sale. Me pone de mal humor estar entre la multitud cuando no
puedo ser como un fantasma, y por eso es que los policías tienen que
registrarme como si fuera un delincuente cuando los criminales son presidentes,
papas y demás personas respetables que se han ganado el honor a sangre y miedo.
También me impacienta que cuando soy cumplido los demás no lo son, o que cuando
la vida me pone obstáculos me levanto si no los puedo sortear, o que abro
puertas en las más sólidas murallas. En el bus venía una chica hablando y otra
chateando en sus celulares, tampoco pude evitar el disparo de las imágenes
porno o la parte de radionovela que escuchaba medio público, presumen sus
vergüenzas o traumas y se apenan por sus deseos o fantasías. Mi cita no ha de
llamar ni creo que venga, me ha dejado a merced del infierno que los hombres han
hecho de éste paraíso de planeta, y soy testigo de ello no sólo cuando tiran
basura al suelo sino también cuando votan por algún desalmado, ni qué decir
cuando tributan a iglesias y otros impuestos. Tomo apuntes ante la indiferencia
de quienes se inmortalizan en este escrito, no tienen idea del lenguaje corporal
con el que hablan mucho menos consciencia de su razón de venir al mundo, o los
méritos al salir de él. Veo pasar a los que evaden sus egos en la música o sólo son egoístas y no ponen atención a lo que la vida les está diciendo, esa sinfonía
de ruidos y colores o vibración de luz y sonido. El cielo esconde estrellas que
de noche revelan secretos a los lunáticos soñadores, sendero para peregrinos
cósmicos y guerreros del amor que luchan contra el miedo y la ignorancia, somos
enemigos de la oscuridad y el mal en
general. No le mostraré a mi amiga lo que he escrito, mucho menos sabrá de lo
que se ha perdido porque los humanos sólo dan una que otra oportunidad, la vida
es ilimitada e infinita energía llamada amor que se comparte con quien no lo
busca en el placer o la fortuna. Terminaré de escribir y se le acabó el plazo
de llegar y por consiguiente, no podrá evitar que me decepcione su humanidad
cuando amo su espíritu, y es que ella misma lo niega cuando no puede conseguir
lo que necesita, trabaja por ello a pesar de que es vano e ilusorio. Lo eterno
se aplica al tiempo pero pertenece a la mente, es allí donde se crean las ideas
que el corazón siente y se manifiesta lo imposible; es lo que aprendí en libros
y películas a los que retornaré como fieles amigas, que mi cita me busque
porque no me ha de encontrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario