El fútbol como juego aún tiene razón de ser, pero como
deporte ya raya en lo vulgar y sobre todo en lo animal, y para prueba de ello
tenemos a José Neira “Útica” que siendo provinciano de la sabana cundiboyacense
es hincha de nacional. Me pregunto ¿Será malintencionado o estúpido? Y los demás
afirman que es un imbécil, lo he comprobado, es intencionadamente imbécil,
nadie en su sano juicio defiende su posición de cretino haciéndose odiar, pues
seguro estoy que muchos allí querían que le metiera un puño. Pero pensando en
romperlo vislumbré que no vale la pena dejar que mi demonio me manche de sangre
impura y sin valor, mejor usar las palabras del corazón y no los actos de las
manos, las que ahora de nuevo empuño para maldecirlo no sólo por golpearme y no
pedir disculpas, sino por ser un ñero y porque no en ésta vida tendrá moral
para ostentar mi saludo, por el contrario, si no soy yo quien me las cobre será
la vida justa. Siempre pensé que jugar con amigos es contar con esa energía que
siendo brutal y sucia se mantiene en los estándares de la amistad, pero estos
sujetos creen que uno es un enemigo a vencer, no les agrada perder y esa es la
energía que la “putica” como le dice Oscar siempre me ha jodido, y no porque
haga los goles de palomero, sino porque desde que juego con él me golpea como
la sucia que es, y no sólo a mí. Me vi con un par de golpes encima, pero justos
para prenderme en una llave de su humanidad, y disponer de su alma a mi merced,
rebajado a su nivel, arrastrado a su mediocridad, por no decir que pensé en la
policía y el pedo porque un cretino se comporta como perro que come perro, la
escoria que tanto me ofende su existencia, me repugna como sólo los ñeros y las
ratas suelen sacar lo peor de mí. Sé que ora a la virgen, y yo sé quién es la
madre cósmica, la pacha mamá está enferma por gente como el zafio en cuestión,
pobre diablo del que ni la madre propia ha de confiar, porque quererlo es obvio
que toda madre ama a sus hijos incluyendo los desalmados y taimados como José
Neira, y que me perdonen sus familiares que me imagino honestos como muchos en el país, que por culpa de un
hipócrita, lombriz crecida en el ego de una persona porque para mí dejó de ser
humano cuando se creyó mejor que yo para cogerme a golpes. Y aunque sea un
simple roce lo tomo como afrenta, y se lo puse en claro a su deidad que queda
mal ante el podrido corazón de su desleal esclavo. Y desde que lo vi por
primera vez me fie de no conocerlo, y qué mala fortuna saber que vive en el
barrio, que al igual que los gemelos y Guillermo (en lo más personal) entre
otras manzanas dañadas, de los que por la misma razón de contrarios y adversos
no dejan de ser un fastidio para mi alma. Este post es una confesión de mi
pecado retributivo en que se gasta mi energía, pero pienso que la invierto,
aunque no sea testigo en el momento, algún día en la eternidad sabré cómo el
universo compensa las pequeñas causas, y el dolor que siento ahora es el mismo
que sentí entonces y que será el mismo en un futuro, mi perdón es su
arrepentimiento y no creo que lo vea por parte de su obstinada necedad. Lo desprecio
como se odia la falla, y lejos de lo emocional me parece inútil tal desperdicio
de energía en un hombre que tiene improperios por excusas, que dice saber cuándo
simplemente presume, y las gana de que está vivo porque espíritu no tiene. Que
yo me gane el desdén de alguien no me extrañaría. Soy el misántropo, soy un
fantasma, nadie por más que me odie podría hacer de la fe mi ruina, pues el que
habita bajo la morada del altísimo… pido disculpas al universo, bien sabe que
en mi corazón no hay espacio para venganzas, sólo para indiferencias, y como
espíritu sé que ya terminé con la basura esa, aunque sé que como mortal me lo
tendré que cruzar como lo me ha pasado, y no escatimaré mis ideas que blandiré
cual metal y fuego sobre la humanidad del batracio ese, ñero miserable que saca
lo peor de todos, aceptado socialmente sólo por obligación, por necesidad ya
que esa clase de personas no tienen amigos sinceros ni buenas relaciones
familiares.