viernes, 26 de noviembre de 2021

GENERALMENTE PIERDE QUIEN NADA TIENE QUÉ PERDER

 


Quien haya visitado algún sitio arqueológico, habrá podido sentir el influjo del tiempo en todo lo material, siendo lo permanente un desafío a lo natural, tal vez por eso el temor de Cronos ante la persistencia de las pirámides, o la subsistencia de imposibles e increíbles evidencias de la magia o incomprensible ciencia que usaron para levantar tales maravillas. Alineadas con las constelaciones y sistemas siderales, demuestran una trascendental visión del disque primitivo ser humano, lo que es un misterio y problema para el hombre moderno, que no ve las estrellas porque lo deslumbra la luz artificial de su tóxico empeño industrial, sin conexión alguna con lo espiritual que sometieron a un negocio. La antigua lucha entre la religión y la ciencia no es tan vieja como aparenta, la relación entre lo material y lo cósmico ha nacido con la humanidad y su consciencia colectiva, aquello que se cree cierto o falso, lo que vale o lo que no, determinado como moral, es la dicotomía armónica de las fuerzan fundamentales del universo. Daniela meditaba en espinosos callejones de su mente mientras sus compañeros eran sólo turistas. Llevaban tres semanas recorriendo Mesoamérica y su desbordante riqueza antropológica, la excursión de los más brillantes estudiantes de humanidades de Suramérica duraría un mes, el cual habrían recorrido los principales centros ceremoniales de la diversa cultura centroamericana. Aztecas al norte, Mayas al sur, y Mexicas entre ellos y pueblos de reconocido nombre como lo toltecas y demás descendientes de los Olmecas, quienes dejaron las famosas cabezas de morfología negroide, otra incógnita más, se asentaron en un nutrido comercio que se extendía desde Canadá hasta la Patagonia. El profesor grababa lo que el guía narraba, otros apuntaban y Dani seguía proyectando las ideas del guía en su imaginación, veía a los indígenas con sus espectaculares adornos, objetos de oro, plumas de quetzal y piedras brillantes generalmente, y dependiendo del motivo o detalle, denotaba status o nobleza, incluso los guerreros y chamanes sobresalían con trofeos ganados en juegos de pelota. Distinguir entre el tiempo de los dioses y sus descendientes, es imposible tras el velo de la ciencia oficial, pero la intuición y el sentido común le sirven de herramienta al curioso, al investigador que busca y halla, al inquisidor que se atreve a ser otro punto de vista que no sea ni sesgado ni necio. La pequeña que apodaron buñuelito, veía en la simbología una similar representación de culturas al otro lado del océano, tanto de Oceanía como Medio Oriente, África o Asia, con los que probablemente comparte su origen en la línea de tiempo de la humanidad. Se atrevió a comparar ciertos glifos de los muros con imágenes de la india, con el parecido que encontró entre el popol vuh y el mahabarata o el ramayana, y hasta fue más lejos de los upanishads y vedas, diciendo que el sarcófago de Pakal se veía como una vimana, con su pedal y manubrio con máscara de oxígeno. El guía apuntó que era cierto, sólo que la academia oficial no acepta teorías que salgan de su modelo, siempre refutan aquello que no se amolda como fraude o invento, pero lo real es que las colecciones privadas tienen todo lo saqueado por siglos, de lo que una mínima parte se exhibe en museos del mundo, como el gigante en el mistery park en Suiza. El profesor no podía creer lo que decía el hombre, el académico le pidió al sujeto que no envenene la mente de sus estudiantes. Desde entonces el recorrido de hizo aburrido, una retahíla de datos que le encantaban a profesor, fechas y nombres que apuntaba en su pequeña agenda, sin darse cuenta que su joven e inteligente Daniela ya no estaba. De entre un grupo de turistas, se desvaneció una ecuatoriana a la que rechazaban por ilusa, la loquita de ideas extrañas, tan raras y anormales que ahora ella misma había desaparecido en la alquimia de un lugar mágico y sagrado.

EL CASTILLO DE LOS PIRINEOS

EL CASTILLO DE LOS PIRINEOS
donde habito (salido de mis sueños)

MAIAA

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