Creí que sería un año diferente porque empezó con un ovni,
luego me atropelló un imbécil que contrató el distrito para conducir un SITP, y
de nada sirvió tener legistas porque la bicicleta quedó en los patios y a mí no
me indemnizaron nada, por el contrario, me enfermé para comprobar que la salud
en el país es un negocio. Por esa misma razón, en semana santa se murió una prima
muy amada, había sobrevivido a un intento de homicidio, pero no resistió el
medicamento que le aplicó su asesino, un ignorante médico que se equivocó
impunemente, y me perdonarán todos los que tienen consciencia, importa más la
institucionalidad que su capacidad y humanidad. Un día en el hospital me revolcaba
del dolor, los médicos y enfermeras podían oír y verlo a uno sin que nadie se
acercara, todos me esquivaban como evadiendo su responsabilidad, como si fuera
un problema que nadie quiere. Tal vez es el precio que debo pagar por mi
empresa revolucionaria, por no ser parte de la gente que vota o diezma, y peor
cuando uno consume el amor de un Dios que enseñó a tejer y cultivar, no esa
deidad que pide sacrificios y ordena devoción, estatuas ciegas y mudas que oyen
plegarias insulsas de menesteres perecederos. Pensé que este año publicaría mi
novelilla, que al menos podría fundar mi marca o encontrar amigos, los que
tengo están ocupados en sus vidas y familias, la mía también tiene su propia
prioridad que no es artística ni creativa, sólo les preocupa la vanidad sin
aventurarse en lo diferente o misterioso. No hubo amor ni amistad, ni los
cuentos del año pasado en Halloween, ni vacaciones ni celebraciones de
cumpleaños, sólo fue un año como cualquier otro, con sus éxitos y sus fracasos,
más estos que los otros, la frustración se pegó como un parásito. Quería
contarles sobre los lagartos cósmicos y el gobierno secreto del nuevo orden
mundial, pero nadie quiere una verdad dolorosa y cruel, es mejor engañarse con
las cosas del mundo que descubrir la luz del universo, por eso sus corazones
tienen miedo y el mío desdén por su corrupción. No quiero seguir viviendo en
esta mentira, soy víctima de la ilusión y la sumisión, podría ser un depredador
y seguir el camino de los hombres, pero en lugar de eso me quedo en las palabras
escritas u orales, en el mundo de las ideas más que las necias acciones de los
convencidos de este infierno. Ser vegetariano es amar la vida, ser guerrero
para defenderla puede parecer macabro, y ser espiritual no implica dejarse
destruir, lo que me deja en un estado adverso al mundo que no me quiere, me dicen
que me aprecian y sin embargo estoy aquí solo y sin consuelo más que escribir.
La soledad se ha vuelto atractiva, tanto que la comparto con los hermanos
siderales que me encuentro en el camino, los que se parecen a los fantasmas que
me acompañan y educan, personas que como yo piensan en la eternidad del
espíritu, en el poder del amor y la tranquilidad más allá de la felicidad y la
tristeza. Se acaba el año, no la vida, todo sigue en el mismo plan del devenir,
gira la rueda de la fortuna trayendo nuevos desafíos y tragedias, se morirá más
gente y yo continuaré renegando radicalmente, muriéndome lentamente en el
cáncer que llaman vida, y no es más que la esclavitud que me aqueja. Las pocas
cosas buenas y personas me las reservo a la memoria, son tan personales que
sólo las personas más allegadas pueden dilucidar aquello en medio de la
denuncia, son capaces de cruzar el muro y entrar en mi corazón para ganarse mi
aprecio y mi amor. El mundo no ha de cambiar sólo porque uno lo desea, ni con
proyectos o fundaciones, la corporación mundial vive de aspiraciones e
intenciones, por lo que no es extraño ver a muchos optimistas defendiendo el
estatus quo y las clases sociales, continúan contribuyendo al desorden y la bulla.
Celebren todo lo que quieran, embriáguense hasta caer sin importar nada más que
la complacencia mediocre, regodéense en sus contratos mientras nos morimos de
pena, estamos condenados a la inopia por las autoridades, ojalá el otro año
sirva para que los pobres dejen de serlo igual que los ilícitos y desalmados millonarios.