domingo, 29 de diciembre de 2019

EL AÑO NUEVO NO ES VIDA NUEVA



Creí que sería un año diferente porque empezó con un ovni, luego me atropelló un imbécil que contrató el distrito para conducir un SITP, y de nada sirvió tener legistas porque la bicicleta quedó en los patios y a mí no me indemnizaron nada, por el contrario, me enfermé para comprobar que la salud en el país es un negocio. Por esa misma razón, en semana santa se murió una prima muy amada, había sobrevivido a un intento de homicidio, pero no resistió el medicamento que le aplicó su asesino, un ignorante médico que se equivocó impunemente, y me perdonarán todos los que tienen consciencia, importa más la institucionalidad que su capacidad y humanidad. Un día en el hospital me revolcaba del dolor, los médicos y enfermeras podían oír y verlo a uno sin que nadie se acercara, todos me esquivaban como evadiendo su responsabilidad, como si fuera un problema que nadie quiere. Tal vez es el precio que debo pagar por mi empresa revolucionaria, por no ser parte de la gente que vota o diezma, y peor cuando uno consume el amor de un Dios que enseñó a tejer y cultivar, no esa deidad que pide sacrificios y ordena devoción, estatuas ciegas y mudas que oyen plegarias insulsas de menesteres perecederos. Pensé que este año publicaría mi novelilla, que al menos podría fundar mi marca o encontrar amigos, los que tengo están ocupados en sus vidas y familias, la mía también tiene su propia prioridad que no es artística ni creativa, sólo les preocupa la vanidad sin aventurarse en lo diferente o misterioso. No hubo amor ni amistad, ni los cuentos del año pasado en Halloween, ni vacaciones ni celebraciones de cumpleaños, sólo fue un año como cualquier otro, con sus éxitos y sus fracasos, más estos que los otros, la frustración se pegó como un parásito. Quería contarles sobre los lagartos cósmicos y el gobierno secreto del nuevo orden mundial, pero nadie quiere una verdad dolorosa y cruel, es mejor engañarse con las cosas del mundo que descubrir la luz del universo, por eso sus corazones tienen miedo y el mío desdén por su corrupción. No quiero seguir viviendo en esta mentira, soy víctima de la ilusión y la sumisión, podría ser un depredador y seguir el camino de los hombres, pero en lugar de eso me quedo en las palabras escritas u orales, en el mundo de las ideas más que las necias acciones de los convencidos de este infierno. Ser vegetariano es amar la vida, ser guerrero para defenderla puede parecer macabro, y ser espiritual no implica dejarse destruir, lo que me deja en un estado adverso al mundo que no me quiere, me dicen que me aprecian y sin embargo estoy aquí solo y sin consuelo más que escribir. La soledad se ha vuelto atractiva, tanto que la comparto con los hermanos siderales que me encuentro en el camino, los que se parecen a los fantasmas que me acompañan y educan, personas que como yo piensan en la eternidad del espíritu, en el poder del amor y la tranquilidad más allá de la felicidad y la tristeza. Se acaba el año, no la vida, todo sigue en el mismo plan del devenir, gira la rueda de la fortuna trayendo nuevos desafíos y tragedias, se morirá más gente y yo continuaré renegando radicalmente, muriéndome lentamente en el cáncer que llaman vida, y no es más que la esclavitud que me aqueja. Las pocas cosas buenas y personas me las reservo a la memoria, son tan personales que sólo las personas más allegadas pueden dilucidar aquello en medio de la denuncia, son capaces de cruzar el muro y entrar en mi corazón para ganarse mi aprecio y mi amor. El mundo no ha de cambiar sólo porque uno lo desea, ni con proyectos o fundaciones, la corporación mundial vive de aspiraciones e intenciones, por lo que no es extraño ver a muchos optimistas defendiendo el estatus quo y las clases sociales, continúan contribuyendo al desorden y la bulla. Celebren todo lo que quieran, embriáguense hasta caer sin importar nada más que la complacencia mediocre, regodéense en sus contratos mientras nos morimos de pena, estamos condenados a la inopia por las autoridades, ojalá el otro año sirva para que los pobres dejen de serlo igual que los ilícitos y desalmados millonarios.  

EL CASTILLO DE LOS PIRINEOS

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donde habito (salido de mis sueños)

MAIAA

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