TROZARSE LOS PELOS ES IGUAL QUE UNA ARTERIA

UNTITLED Zdzislaw Beksinski

En la física cuántica aún se discute la dualidad entre onda y partícula, siendo el ejemplo que mejor ilustra la paradoja es el cilindro iluminado de frente y costado produciendo en sus sombras a un cuadrado y un círculo, relativamente son lo mismo en esencia a pesar de la colosal diferencia en su forma. Filosofando tales cuestiones, Stanley desencajaba de su círculo social en lo más bajo de la pirámide del statu quo, nadie allí tenía la voluntad de profundizar al interior de la consciencia, esa dormida ante los placeres y las necesidades del cuerpo condicionado a un macabro sistema, que lo trata como un recurso, mano de obra o carne de cañón generalmente, sufragante ocasional y un constante súbdito obediente. Las polvorosas calles que en el invierno son ríos de barro muestra la realidad que se esconde tras asfaltados condominios, que irónicamente no serian posibles sin el aval de todos los convencidos de un absurdo y obsesivo consumo comercial, mientras el arte y sus privilegios son otro negocio exclusivo de los abusivos y corrompidos capitalistas. Nadie creería los misterios que rondan en la basura, unos buscan el oro otros encuentran el conocimiento, sólo es menester la curiosidad y la voluntad, poderosa combinación para el visionario, dones del espíritu hechos carne e ideas materializadas. La magia es ciencia avanzada usurpada a los primitivos que nos ofrecieron su material genético, de allí que los mitos involucren arquetipos fundamentales construyendo la realidad que se quiera, por lo que no sería extraño pensar que hace dos millones de años alguna clase de etnia construyó un reactor nuclear. ¿Cómo sabes todo eso? Preguntan con frecuencia los sorprendidos ignaros que no tienen tiempo para leer mucho menos para reflexionar o meditar. Stanley construye en sus pensamientos trascendentales esperanzas, un mundo donde morir de hambre es un crimen de estado, sin bandas criminales más que los rebeldes y traviesos desmanes del rock and roll, y sin mentirá más que esas ilusiones del cine y el teatro que deberían culturizar en lugar de entretener mediocres. Y he aquí donde el infierno de los demás hace la vida imposible, donde no hay calidad de vida sabiendo que cada vez hay más gente en la calle, adictos y sobre todo suicidas, como el protagonista de una ironía, ser inteligente no basta en un estrato de miserables al servicio de mezquinos. El banquero se lucra del codicioso sistema que heredaron. Los políticos mienten a diestra y siniestra, para eso se inventaron. El pastor tiene derecho sobre sus propiedades: corderos, vacas, cerdos, gallinas… La doble moral de animalistas que defienden los domésticos mientras se alimentan con los de granja, así es todo en el devenir de los opuestos, se corresponden tanto como se complementan, así es como su tristeza no difiere de su alegría, por lo que la paz está más allá de una emoción o un sentimiento, éstos derivan de las creencias y éstas se gestan en lo más íntimo del ser que es su espíritu. No faltan los que creen que Stanley sufre de una enfermedad mental, proclive al caos y a la muerte actuando inversamente con amabilidad y sobre todo con entropía, pregonando en aquella actitud la limpieza de manos que los malditos hacen en la filantropía. Sobrevivir a los inquebrantables ataques de la sombra le hace pensar en su vida tal sacrificio que los antiguos hacían, no era menester cortar sus venas, bastaba con su cabello como una ofrenda a los espíritus sin tiempo ni espacio. Una vez saldada esa cuenta con el destino, salió Stanley de la vida, su corazón dejó de latir una madrugada que se despertó en medio de la oscura y fría noche, el dolor a pesar de fulminante le produjo la sonrisa de lo inevitable y tan justo, tanto que hacía pensar a los morbosos que se había suicidado. Pero no hubo fantasma que apagara los televisores o prendiera luces, mucho menos los lamentos que los atrapados suelen proferir, sólo el silencio en que abandonó el mundo mientras la sinfonía celestial le daba la bienvenida a su vida, no como esos que nacen muertos y viven condenando a los demás a su condición. Stanley se saluda de abrazo con sus amigos ahorcados, ahogados, envenenados y liberados de una cruel y larga pena en la prisión de los arcontes.

DECIR ADIOS ES MORIR UN POCO (A Fabián Camilo Forero Mora)

EN este momento te están velando mi querido amigo y no puedo asistir. Duele. Enoja. Consterna al punto de hundirlo a uno en la depresión, impotencia o demencia entre otras. Recuerdo volverlo a ver luego de su adolescencia, antes de ser Notable e incluso artista, el hermano menor del amigo que trágicamente nos abandonó cuando por accidente murió en la periqueras, por entonces era un niño que ya tenía que lidiar con semejante evento. Es curioso que en estos días conmemoren los natalicios de Poe (Quien la muerte fue su sello) y de Robert E Howard (Quien se daría un tiro en la cabeza) mientras el duelo de quien nos deja hace correr lágrimas, quisiera fuera sangre para no sentir más esta pena que me agobia. “NO DEBO DECIR MENTIRAS” se había tatuado en la palma de su mano como constante recordatorio de esa lucha interna entre el ego y el espíritu. Puedo oír su voz en mi memoria, no obstante, un eco se repite en un bucle, el susurro de un grito distante en el tiempo y el espacio, una despedida desde lo espectral que me hiela la sangre, me regresa al lado oscuro del corazón sin el brillo de mi alma que me guía, me salva del vacío que siento profundo en el desolado ánimo moribundo. Prefiero decir “HASTA LUEGO” ojalá fuera pronto, pero conociendo al karma seguramente agonizaré hasta podrirme en vida, condenado a sufrir la miseria de todos los adeptos al poder y la fortuna, sin arte más que la ilusión de un macabro sistema que asola a la humanidad y el ecosistema del mundo. Un día con un amigo que ya murió, nos sentamos en un pastal que hay en un retorno vehicular donde solíamos jugar fútbol, ahí tirada en el suelo había una billetera que recogí para ver a quién pertenecía. No sé por qué lo primero que saqué fue una foto documento de Víctor (El hermano mayor de Michín), el shock de volver a un amigo con el que compartí pocas cosas me dejó helado, era lo único de él ya que la tarjeta de identidad allí era la de Michín, y sentí la pena de él cada vez que sacaba y veía esa foto, no me imaginaba que también el compañero que tenía a mi lado iría a morir unos años después, también de forma infausta como si el enemigo que no puede con uno se desquitara con otros. Ya en otras ocasiones he sentido ese funesto y macabro sentimiento como si lo intuyera, como si de alguna forma esa conexión pueda atravesarnos sin nosotros darnos cuenta o siquiera imaginarlo, así, de tal manera que pareciera una mala broma de la vida, un mal augurio vi por esos días. Estaba en mi casa cuando una amiga en común vino por algo, hablábamos cuando me percaté de una mariposa marrón posada en la pared junto al tablero de los timbres, y le conté a ella de otro amigo que fue asesinado por los paramilitares, quien le temía a ese augurio ya que fue el que vio cuando la guerrilla asesinó a su hermano gemelo, estaba haciendo una pizza y la observó en medio de unos sacos de harina. Ella no le dio importancia y le conté sobre una escena de televisión, donde a Abraham Lincoln se le enviaron mensajes de toda clase que ignoró, como una parvada de cuervos o un gato negro que se le cruzó de camino al teatro del que se ve un poster en un pared. Tal burla era como risa nerviosa, uno mismo preparándose a uno mismo, tal vez por eso estaba viendo Death Note de nuevo con su banda sonora pesada, recordándome que la muerte sólo existe para el vivo ya que el muerto en esta vida ha renacido en otra espiritual, y espero el sacrificio de mi amigo signifique justamente eso. A esta hora lo habrán sepultado, ya estará cubierto de tierra su cuerpo y de gloria su espíritu, está en paz. Que en sueños nos encontremos y se alivie este dolor que sentimos, tu ausencia será una inevitable tristeza de buenos recuerdos, que mantendremos como el legado artístico de un buen ser humano, alma caritativa y espíritu guerrero, libre del karma de la sociedad y su esclava humanidad, sin trabajos ni dificultades, sólo colores brillantes para alumbrar el camino de los que se han perdido, que el arte y la filosofía imperen de nuevo antes que esta violenta y desalmada corporación cobre nuestro propio feudo. Elévate alto como una plegaria. El espíritu continúa.