martes, 6 de febrero de 2024

TROZARSE LOS PELOS ES IGUAL QUE UNA ARTERIA

UNTITLED Zdzislaw Beksinski
En la física cuántica aún se discute la dualidad entre onda y partícula, siendo el ejemplo que mejor ilustra la paradoja es el cilindro iluminado de frente y costado produciendo en sus sombras a un cuadrado y un círculo, relativamente son lo mismo en esencia a pesar de la colosal diferencia en su forma. Filosofando tales cuestiones, Stanley desencajaba de su círculo social en lo más bajo de la pirámide del statu quo, nadie allí tenía la voluntad de profundizar al interior de la consciencia, esa dormida ante los placeres y las necesidades del cuerpo condicionado a un macabro sistema, que lo trata como un recurso, mano de obra o carne de cañón generalmente, sufragante ocasional y un constante súbdito obediente. Las polvorosas calles que en el invierno son ríos de barro muestra la realidad que se esconde tras asfaltados condominios, que irónicamente no serian posibles sin el aval de todos los convencidos de un absurdo y obsesivo consumo comercial, mientras el arte y sus privilegios son otro negocio exclusivo de los abusivos y corrompidos capitalistas. Nadie creería los misterios que rondan en la basura, unos buscan el oro otros encuentran el conocimiento, sólo es menester la curiosidad y la voluntad, poderosa combinación para el visionario, dones del espíritu hechos carne e ideas materializadas. La magia es ciencia avanzada usurpada a los primitivos que nos ofrecieron su material genético, de allí que los mitos involucren arquetipos fundamentales construyendo la realidad que se quiera, por lo que no sería extraño pensar que hace dos millones de años alguna clase de etnia construyó un reactor nuclear. ¿Cómo sabes todo eso? Preguntan con frecuencia los sorprendidos ignaros que no tienen tiempo para leer mucho menos para reflexionar o meditar. Stanley construye en sus pensamientos trascendentales esperanzas, un mundo donde morir de hambre es un crimen de estado, sin bandas criminales más que los rebeldes y traviesos desmanes del rock and roll, y sin mentirá más que esas ilusiones del cine y el teatro que deberían culturizar en lugar de entretener mediocres. Y he aquí donde el infierno de los demás hace la vida imposible, donde no hay calidad de vida sabiendo que cada vez hay más gente en la calle, adictos y sobre todo suicidas, como el protagonista de una ironía, ser inteligente no basta en un estrato de miserables al servicio de mezquinos. El banquero se lucra del codicioso sistema que heredaron. Los políticos mienten a diestra y siniestra, para eso se inventaron. El pastor tiene derecho sobre sus propiedades: corderos, vacas, cerdos, gallinas… La doble moral de animalistas que defienden los domésticos mientras se alimentan con los de granja, así es todo en el devenir de los opuestos, se corresponden tanto como se complementan, así es como su tristeza no difiere de su alegría, por lo que la paz está más allá de una emoción o un sentimiento, éstos derivan de las creencias y éstas se gestan en lo más íntimo del ser que es su espíritu. No faltan los que creen que Stanley sufre de una enfermedad mental, proclive al caos y a la muerte actuando inversamente con amabilidad y sobre todo con entropía, pregonando en aquella actitud la limpieza de manos que los malditos hacen en la filantropía. Sobrevivir a los inquebrantables ataques de la sombra le hace pensar en su vida tal sacrificio que los antiguos hacían, no era menester cortar sus venas, bastaba con su cabello como una ofrenda a los espíritus sin tiempo ni espacio. Una vez saldada esa cuenta con el destino, salió Stanley de la vida, su corazón dejó de latir una madrugada que se despertó en medio de la oscura y fría noche, el dolor a pesar de fulminante le produjo la sonrisa de lo inevitable y tan justo, tanto que hacía pensar a los morbosos que se había suicidado. Pero no hubo fantasma que apagara los televisores o prendiera luces, mucho menos los lamentos que los atrapados suelen proferir, sólo el silencio en que abandonó el mundo mientras la sinfonía celestial le daba la bienvenida a su vida, no como esos que nacen muertos y viven condenando a los demás a su condición. Stanley se saluda de abrazo con sus amigos ahorcados, ahogados, envenenados y liberados de una cruel y larga pena en la prisión de los arcontes.

EL CASTILLO DE LOS PIRINEOS

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