No Importa el género de cine que te guste, la
vida tiene todos los conocidos y los que están por conocer, como la realidad
virtual donde se podrá sumergirse en la película como un elemento más del fantástico
escenario. La vida es una tragicomedia, una ironía trascendental o un chiste vulgar
y viral, nadie quiere saber lo que se oculta tras el simbolismo cotidiano, no
les importa la magia del espíritu sino el placer del cuerpo, incluyendo la
necesidad y la ignorancia que los hace mediocres o en su defecto esclavos y
lacayos. La falta de consciencia no se mide, tampoco tiene niveles ni se somete
a la moral, es el estado de vigilia en contraposición de la completa inconsciencia,
mientras en el medio nos debatimos en un sinfín de ilusiones e ideales, ya que
las teorías no pasan de eso, por o que venerar a Darwin no difiere de rezarle a
un santo como Benito o cualquier otro. Lo oficial finalmente no difiere de la
superstición, da lo mismo creer si la tierra es plana o hueca, ambas cosas son
ciertas si se tiene la capacidad de superar lo inimaginable, o son falsas si se
obedece fielmente a las leyes de la física comprobada por un religioso método
científico, por lo tanto, la experiencia común o paranormal depende del
supuesto grado de consciencia. Un hombre fue captado por una cámara de seguridad,
se le veía hablando con una difusa sombra que apenas se percibía, luego que se
le preguntó sobre el hecho, testifico que una persona perdida le pidió indicaciones.
En otro video se puede apreciar a un guardia de seguridad que es arrastrado de
un pie por alguna clase de entidad que no se percibe sensorialmente, lo golpea
y lo tira a un lado dejándolo en shock. Una señora está sentada en una silla
junto a una mesa en un comedor solitario, de pronto una silla tras ella se
mueve y al escucharla se voltea para ver qué fue; el miedo se le nota como si presintiera
algo invisible que la amenaza, empezando a mover las sillas y las mesas con
señora y todo, el revoltijo pasa tan rápido como empezó. Y muchos fenómenos así
son prueba de algo que la ciencia se niega a aceptar, de la misma forma que la
iglesia empieza a aceptar que los extraterrestres existen, ya no se puede tapar
la verdad con un circo romano donde reparten pan, mucho menos tolerar a
mentirosos y ladrones corruptos por un sistema doble moralista e hipócrita, esa
mafia a plena luz del día y a la vista de un público dormido o entretenido,
pues de otra forma estarían protestando por el negocio que tienen a toda la
humanidad esclava y anestesiada. Quienes han visto lo maravilloso del universo
reflejado en una semilla sabe a qué me refiero, han sentido aquello que no
tiene definición o sido testigos de la increíble realidad tras la ilusión, constante
epifanía o tortura dependiendo de la clase de ser que sea. De la unida a la
dualidad, de allí a la trinidad, luego a lo elemental, al pentáculo, hexagrama
o figura que componga la sustancia, quien haya encontrado la esencia ha
perecido en lo mortal y renacido en lo divino, de regreso a la unidad. El señor
de los vientos no se contiene por las reglas de los mortales, seguirá soplando
entre los festejos y las celebraciones del amor y la amistad, incluso será el
compañero de las lluvias de octubre que lavan a quienes ahuyentan a los
demonios con los monstruos en el AND y la mente colectiva. Ya viene navidad y
el fin del año, ya se acaba un plan en su agenda y empieza la carrera por el próximo
punto, le queda poco al medio ambiente para calmar la codicia de los asesinos
del planeta y de la humanidad, ya vienen las elecciones y el viernes negro, las
películas esperadas y demás. No hay necesidad de palomitas para ver el horror
de las noticias o el estúpido son de la radio, nadie lee, todos ven películas
pero no las viven, no creen que los dueños de la industria son criminales, tan
poderosos que han desaparecidos películas ya terminadas, siendo el suicidio de
las estrellas en mejor método de ofrecer sacrificios y enseñar lecciones, por
lo que denunciarlos es sentenciarse a muerte, hacer algo es ser un mártir, escribir
esto es un crimen.