La humanidad no es el problema, lo que sí lo es, es la
pirámide social que mantiene lo peor del ser humano mientras lo mejor se hace
imposible e inútil, pues no sirve ser honesto en un mundo muy aparente y
superficial. No pretendiendo ser un sabio ni iluminado, siempre intento
dilucidar todo en extremos opuestos que pueden ser conflicto o solución, el
universo es dual e íntegro por lo que la guerra no es más que una excusa, un
pretexto para dominar (o en economía lucrar) y controlar la inexorable fuerza
de la destrucción. El panorama de la mina desde el aire deja ver la magnitud de
la codicia y la ignorancia, como si fuera un pueblo del viejo oeste viven entre
el lodo, y lo peor es que tienen tecnología que contrasta dos eras muy
contrapuestas. En un televisor que suena a todo volumen, una novela entretiene
y hace reír a los que la están viendo en esa especie de sala que no es más que
un pequeño espacio junto a un pasillo. No son comunes los visitantes, todo
porque el estado aquí no existe más que como una amenaza, el dueño del lugar no
dice el secreto de su fortuna, la guaca que encontró le ha servido para ser el
titiritero en la región, más que la ley él es Dios. Nunca habría pensado que el
infierno fuera real, y sin embargo aquí estoy, amparado a merced de la ley del
monte y de la misericordia o bondad de semejante ambiente, y quien lo diría,
aún en el más deprimente lugar de la tierra se ve la esperanza y el amor, no
todo es tan malo como parece, me dice una voz que intenta calmar el terror de
estar en el lugar equivocado, como el día que el enemigo me envió a prisión por
delatar sus planes y arruinar su negocio. Me vigilan completamente, ni las
putas tienen privacidad cuando la guerra de volúmenes revuelve música con
televisión, un caos que agrada a esta bandada de horadadores que se amontonan como
ratas. Me quitaron mi cámara y me prohibieron usar mi teléfono incluso para
jugar, debo pedir permiso y estar acompañado si lo deseo hacer, aún se cree que
soy un espía del gobierno recaudando toda la información que pueda del
campamento. Pagué mucho dinero para venir y no me iba a ir sin aquello a lo que
vine, explorar la mina de los muiscas en busca de una joya en esmeralda, nadie
la ha visto pero se menciona en algunos relatos de la conquista, y que se dice
que el cacique la dejó en custodia de los elementales para resguardar su poder.
En un sueño pude ver éste lugar y una entrada secreta en la parte más vieja y
peligrosa de la mina, la regresión me indicó el camino y me mostró el hechizo
que el hechicero hizo (yo mismo). Había viajado mucho antes de venir, llegué en
el momento oportuno ya que la tregua entre bandas había menguado los homicidios
y masacres, así que ahora era la oportunidad de intentar recuperar el secreto.
Bajé como me indicó mi amigo que guiaba, no le mentí ni lo engañé, sólo le dije
parte del asunto, que iríamos a explorar y que si estábamos de suerte nos
encontraríamos alguna cerámica o algo así. La falta de oxígeno y el calor
terminaron por persuadirnos de continuar, decidimos acampar y yo aprovecharía
para un viaje astral y adelantarme a la misión. Sin cuerpo que limite, mi
consciencia me traslado entre trampas mortales y me mostró un pequeño altar
donde reposaba un cristalino cráneo de esmeralda, sus huecos ojos estaban fijos
en un orbe que pendía de una cuerda acerada. El tiempo retrocedió y vi que el
chamán (o sea yo) ponía aquel cráneo y manipulaba el dispositivo que bajaba una
esfera de cristal multicolor que brillaba y vibraba magníficamente, un espectáculo
de fantasía para el que no cree en lo superior e inverosímil. La visión se
aceleró y me vi llegar con mi amigo, asombrados y un poco asustados,
permanecimos contemplando la escena, de pronto mi amigo se abalanzó hacia la
calavera. El orbe irradiaba una tenue luz que se condensó en las órbitas de la calavera,
tan pronto los ojos se materializaron carbonizaron a mi amigo que los veía, me tiré
de rostro al suelo y esperé mi fin. Cuando nada sucedió levanté de nuevo la mirada
y todo estaba como lo encontramos, lo comprendí, aquel dios mira el mapa de
nuestro universo esperando regresar, pero no ahora.