Luego de dos décadas de extrema derecha
uribista algo es seguro: La política es el arte de engañar, una dulce mentira
que es preferible a la cruel y horrible verdad, una que duele y molesta que es
mejor malo conocido que bueno por conocer. La codicia remplazó a la conciencia
como propósito, no se trata de reconocer el mundo o simplemente aceptarlo, por
eso llaman progreso a la falta de cultura y el exceso de consumo, uno que llena
al mundo de basura y de paso contamina la mente de la humanidad que lo habita.
La izquierda igualmente se fundó en las ideas de pensadores que se prestaron al
juego sucio de los intereses privados, siempre hablando de sociedad porque no
tienen un ápice de humanidad, sólo el inflado ego de gente como Adam Smith,
Hobbes, Marx y un largo etcétera de hipócritas que se creyeron líderes
idealistas sin dejar de ser déspotas, tildando de tirano al que se opone a su
imperio mafioso y criminal. Dirán que Petro y su pacto histórico es diferente,
lo mismo de los alcaldes o del pastor y el abogado, y cada uno tendrá sus
motivos para creer en uno u otro, pero me da lo mismo quien gane las
elecciones, mi voto nunca hizo la diferencia y nunca lo hará. Si en alguna
elección el pueblo se pusiera de acuerdo para no votar por nadie, no me imagino
lo que el gobierno saldría a decirle al mundo, sería como un famélico monstruo
sacando garras y dientes (militares y policías) en represalia a un pueblo
despierto y desobediente. Afirmaría con toda seguridad que: sin el
autoritarismo ni centralismo de un gobierno, y con un sistema de consciencia,
nadie tendría oportunidad para corromper o mentir, los violentos se verían
impedidos como los dementes y el crimen organizado ni siquiera tendría
consideración. Y no peco de ingenuidad, pues quienes caminan por el sendero de la
redención saben que purgar sus males requiere de otra vida, hace falta mucho para
limpiar el lodo de la iniquidad corporativa o la red capitalista que se cierne
sobre la humanidad como una garrapata. Es el momento perfecto para abandonar
toda esperanza, nada va a cambiar en el nuevo orden del mundo, uno donde la
impunidad encubre la perversa forma de controlar y dominar la verdad y la
realidad, esa donde los poderosos ministros, magistrados, jueces y demás
ejecutores de las normas y los procedimientos, los mismos que permiten a
grandes empresas internacionales lucrarse con los recursos naturales. Unos quieren
la fractura hidráulica y otros no, todos hablan de pensiones, proyectos y no sé
qué más disparates de la cotidiana corrupta política, esa que se escuda en el
medio ambiente para justificar la tóxica industria que convierte a la
naturaleza en veneno en polvo causante de cáncer, deforestación y muchos más desastrosos
negocios que mantienen la delincuente injusticia. Ninguno expone la demencia
del interés de los ricos y poderosos, dando casos infames como las bananeras de
hace un siglo o el moderno caso de Obedrecht, así que esos paraísos fiscales
siguen intactos, como las intocables familias que hacen de la tierra un
monopolio capital, por no incluir a los narcotraficantes en el estado limpiando
rastros de quienes operan en las sombras, así que perdónenme si parezco
paranoico, es el resultado de las numerosas decepciones. Dirán que como
revolucionario debería ser como el Che, pero hasta eso le sirve al pulpo para
extender sus privilegios, como tomar las armas y usarlas paramilitarmente,
hacer leyes que legalicen las sangrientas tierras arrebatadas a las víctimas
campesinas, por lo que la simple idea de reducir la constitución a una sola ley
y administrada por cada gobernación, es la responsable acción de gente agobiada
por gremios comerciales. Todo es dinero, nada más importa, el discurso tiene
que seguir la clasista línea de un progreso que no lleva a ningún lado, ni Petro,
Fico, Rodolfo, Fajardo, Gómez o Milton pueden cambiar eso, lo defienden como fieles
esbirros que son, criados de partidos políticos y sirvientas de la patria. La
masa es cobarde e ignorante, nunca desde que este país se “independizó” ha
habido justicia y libertad, mucho menos verdad, por eso elijan a quien quiera
que da lo mismo en este cultivo de bacterias que llaman sociedad ¡Despierten
humanos!