Sin tener en cuenta el género, el sexo es tan agradable que
las personas sirven de juguetes por un rato, los moteles se justifican en el
morbo del máximo placer humano de sus egoístas cuerpos, con la complicidad de
las inmortales almas que realmente conocen el amor que hacen los mortales. Me
enamoré de una mujer muy hermosa, tan sexy que tiene fama de sacar provecho de
ello desde el colegio, ahora en la universidad pareciera no tener límites ni
inhibiciones a pesar de que se da el lujo de escoger las presas que se come, a
quien le pone los ojos de seguro lo devora de cualquier manera. Nunca esperé
nada de ella siendo yo el más anónimo del plantel, suele andar en autos de alta
gama mientras yo disfruto de caminar, la bicicleta es buen medio de transporte
para el fin de semana pues entre los días es un riesgo con los ladrones y
asesinos. Ella estudia ingeniería y no es de las brutas, es de las codiciosas y
lujuriosas que no se conforman con poco por lo que hace hasta lo imposible por
obtener, así que ha viajado por el mundo, tiene su propio apartamento y su
auto, come en las mejores partes y compra en los almacenes de lujo. Los de
humanidades somos vistos como unos hippies e intelectuales ya que poco se nos
ve en bares, así como a muchos de ellos no se los ve en la biblioteca o la
hemeroteca, sólo saben de chefs, D J, licores y marcas. En el área de filosofía
hay un taller de culturas y urbanidad, lo dicta un maestro experto en
ingeniería social que ha estado en los cambios de gobiernos mundiales, el
sociólogo más exitoso y rico del país que ha estado junto a los más renombrados
gestores de democracias. No esperé verla allí, sentada en una de las sillas
individuales al frente de la clase, yo en el rincón de siempre veía su glamour
brillar entre los taciturnos estudiantes y uno que otro enamorado como yo. El
señor de cabellos canos nos aclaró que su clase no era una prueba de
conspiraciones, la cátedra es exclusiva del maestro por lo que deberíamos estar
honrados de ello, el anciano habiendo puesto en claro su intención procedió a
llamar a lista y conocer a sus estudiantes. Allí me enteré de su apellido y
segundo nombre, no creo que le importara el mío, el señor apenas me miró y
siguió con la lista. Hizo un compendio de las culturas originales del planeta,
el antropólogo planteó cada estructura de la que estudiaríamos, la economía,
mitología, clases sociales, hábitos, arte, lengua y lo concerniente en toda
organización y urbanización. Monarquías, imperios y demás sistemas no dejarían
tiempo para interacciones interpersonales, ni los trabajos en grupo ya que el
señor hacía las evaluaciones de manera individual. Los apuntes de la chica en
clase, eran tan acertados que no pareciera ser una muñeca sexual, podría ser
caprichosa y vanidosa, pero no una bruta, por algo ha sabido obtener todo en su
vida sin la menor consecuencia de una vida morbosa y disoluta. Por más de que
yo sepa no es mi intención impresionar un sujeto que está por el dinero, no con
la intención de educar la verdad más que la conveniente al contrato, sus conocimientos
de la vida no serían parte de las clases. De los cinco y tres milenios del
origen oficial de la humanidad, al imperio romano, pasó por todos los aspectos
de la vida incluyendo la creencia en la influencia de las estrellas en el
destino de la humanidad. Fue un placer verla en clase, no tuve la necesidad
incluso de hablarle, sólo con verla sentarse, hablar, preguntar o los gestos en
medio de todo ello, me bastaba y me sobraba, por eso disfruté cada segundo se
su presentación final. Yo era el último, escogí el tema más complicado por ser
el más interesante “el mito y la realidad” y desconocido. Hablé toda la clase
de las ideas de la creación del hombre o el origen de la vida misma, de teorías
y conspiraciones repartidas por todo el mundo y de la que la internet se
aprovecha. Terminamos el seminario justo antes de los grados, no la volví a ver
hasta el día que ingresó en la oficina del colegio donde trabajo, dijo: has sido el hombre más esquivo de mi vida
¿no te gusto? Me quedé mudo ¡Eso es
lo que me gusta de ti! ¡Eres un misterio! No la miré Que tú nunca conocerás. Le respondí y seguí con mis exámenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario