Son tiempos extraños, no debería ver noticieros, me gustaría vivir en el maravilloso mundo de los sueños, esta locura me ha mostrado mejor el mundo de lo que cualquiera lo pudiera hacer, soy espiritual mas no religioso, me choca el dogma que reprime y juzga el libre albedrío, no me gustan las congregaciones, a menos que sea para el arte y la celebración de la vida, tolerancia, aceptación; pero en lugar de ello hay miedo, orgullo, dolor, deseo, propiedad antes que identidad, acumulación antes que desprendimiento, una vida para la muerte que una muerte para la vida, entendimiento antes que negación, melancolía sin tristeza atrabiliaria, sin artefactos ni artilugios, sólo con la energía primordial con que el cosmos nos creó.
Este indómito lugar es mi cripta, la diversión es lo mismo que la decepción, ella y él son lo mismo en la separación, tan distantes y diferentes y aún así lo mismo, se aman aunque no sea un hecho, esto es algo mental y espiritual, el simple acto no es más que un instante, sus esencias son eternas "la vanidad es la ciega propensión a considerarse como un individuo no siéndolo..." F Nietzche, son dos egos para un propósito y no un amor de dos causas o más.
La absurda realidad no es más que una ilusión, un instante cíclico que gira en cruel devenir, pasan cosas que no serías capaz de hacer, eso es la compensación de la armonía, se podrían hacer milagros de no ser por la necesidad y el materialismo, piensa ¿cuantos piden el bienestar de los enemigos antes que pensar en justicia? pierdo y me da ira, pero al rato ya no me importa lo que he perdido pues ya se perdió, lo importante es el destino, lo próximo, lo que ha de ser, lo que ha de venir.