Prefiero el anonimato a ser el centro de atención de lo que
el comercio hace con las personas, sus almas dejan de ser cuando sus egos
crecen como tumores y se convierten en fieles seguidores de un negocio que
trata al ser humano como mercancía. Mis ideas son escritos que son mi mejor
secreto y sobre todo mi fortuna, no necesito de lectores cuando mi público está
lejos en el tiempo y el espacio, cuando mis congéneres son espíritus libres que
ven la vida como un arte y no ese sacrificio que es el trabajo, ese yugo que es
la maldita sociedad que ha usurpado el espíritu de la humanidad. ¿Quién es
Germán? Es un youtuber (que nunca he visto pero que tiene millones de visitas)
que en lo personal raya en la aburrida estupidez del común denominador de lo
popular y lo vulgar (teniendo en cuenta al vulgo como la chusma). El sujeto
tiene una cara de imbécil que cada vez que abro la página web y lo veo, me dan
ganas de mandar al diablo a todo el mundo pero lo que hago es ignorarlo y ya,
tendré que ver al menos un video (Alguna vez lo hice pero debió ser tan traumático
que no lo recuerdo). Con sólo buscar sus videos puedo apreciar en sus picks que
su crítica no es más que una payasada (Y con el respeto que se merece tan noble
labor), algo que me hace pensar en la clase de público que tiene, no quiero ser
pre-juicioso y mucho menos juzgar a los demás, pero ¿Cómo es posible que un
pobre idiota tenga tanto éxito? Y la respuesta puede ser tan sencilla que parecería
un locura, ¡Qué mejor manera de mantener entretenidos a tantos ignaros que uno
que los represente en todas sus formas! No hablan mis celos ni mi envidia,
escribo ante la indignación que me produce ver a lectores de porquería decir
que es literatura, y lo peor es que no saben diferenciar entre el arte y el
entretenimiento, pues el arte denuncia mientras el otro distrae, y todo a favor de las élites y las
oligarquías que compran fenómenos así para manipular masas. Los despreciables
como Jota Mario valencia, Álvaro Uribe Vélez, Rafael Díaz Borbón… y una mano de
miserables que se creen buenos seres humanos y no son más que esclavos del
sistema, son los que en lugar de ser idolatrados deberían ser sacrificados, que
les quiten los ojos; la lengua; los píes y las manos y los manden al mundo a
mostrar que el mal no paga, pero mientras tanto que se den el lujo pues es la
trampa de la que sus espíritus no podrán escapar. Malditos negociantes que no
hacen más que comerciar con todo, malditos secuaces de la vanidad y la mentira,
mezquinos y desalmados que en lugar de hacer cambios positivos siguen los
planes de quienes ostentan el poder tras el poder. Reniego de ser escritor si
ven a personas como las ya mencionadas como mis colegas, blasfemo de mi arte si
se va a usar para los procedimientos de la sociedad o el beneficio de las instituciones,
ni Dios ni patria. Yo soy el misántropo pero no por eso voy violentando a los
demás, odio la sociedad en lo profundo de mi ser pero en la superficie está el
amor a la vida, soy un hombre que se toma el amor en serio para hacer del
infierno un parque de diversiones, mejor es ser un rayado con el mal que ser
condescendiente con él y hacer reír a todos para robar esa atención dormida,
prefieren un chiste que los engañe a una verdad que los amargue, por eso siguen
la rutina como el borrego sigue a la manada al patíbulo, así como la res marcha
a su inevitable fin o como el cerdo que se desangra colgando de sus patas, y
todo por el bien humano mientras los animales sufren la tortura humana, y mi
tortura es la clase de cosas que consume la masa ramplona y mediocre. ¿Qué
profesión tendrá ese sujeto? No me importa, el hecho es que es la prueba de que
a hombres como Garzón se les asesina mientras a gente como Germán se les afama
¡Lástima que tanta gente no emplee esa energía para vencer bancos y otras
mafias!
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