PATRAÑA

Sí, soy un hombre, también un misterio, un arcano, un desconocido, pero ante todo, un ser humano, tan consiente como lo puede ser una mujer, del mismo carbono que una planta o animal, del polvo hecho al igual que una piedra…
Sí, estoy enamorado! Siento correr el amor por mis nervios, me embriaga la dopamina, Dios es mi droga, nadie se lo imagina, no tiene nombre ni forma, solo es un estado propio, que cuando se comparte es lo máximo…
Sí, tengo defectos, un lado oscuro, la bajeza mortal del pecado, de intoxicarme con humo y cerveza, de habitar donde ni en la luna ni en ti, mujer, da la luz, aunque por ahora lo cambie, a merced de oír secretos en el silencio…
Sí, caigo al vacío misántropo, un aventurero, un amante de la muerte, la vida, un vagabundo de este mundo, la incertidumbre de una fe, un agorafóbico que suda al salir de su casa, pero goza en el campo o la selva, habla con las aves…
Sí, mi ser es sensible, “¡Dadme un estuche donde poner mi rostro!, ¡una careta para otra careta!”, lo escondo, lloro y me la gozo en aislamiento, siento con el alma, me duelen muchas cosas que a la gran mayoría les importa un…
Sí, disfruto un desorden ordenado, muchas soluciones, un problema, un talento o don, tiempo perdido qué recuperar, el doble de recorrido, bonos extra, insomnio, una cuenta clausurada, muchas deudas, mucho amor, espíritu…
Sí, voy de arriba abajo, el Hermes moderno, subconsciente como entre dormido y despierto, me agrada al levantarme de repente, sentir la descompresión del cerebro, pendiendo en el devenir consiente, el poder de la mente…
Sí, sueño y lo creo, distingo entre la ficción y la realidad, aunque en realidad vivo una leyenda, una particularidad, la excepción a la regla, el consentido, el primero, el de las cuatro décadas, el extraño, el demente, el “psicotropizado”…
Sí, deliro con un beso, con un gesto coqueto, con unos ojos que no mienten, con esos atributos femeninos, que tanto nos hacen perder la razón, esa fuente de vida, ese santo Grial, de donde salimos y no hubiéramos querido hacerlo…
Sí, a veces soy negado con la negación, - x - = +, contradictorio pero al fin de cuentas cediendo, casi como que abandonando, sólo dejo que sea como sea, analógico, con el objetivo en otro plano, un rechazado…
Sí, simplemente porque sí, me invade la alegría, reanimado, revitalizado, otra vez la buena onda, ese que se cruza con el diablo sin ningún rasguño, el afortunado, el que la pasa mogollo, pero no deja de pensar y se enajena…